El tesoro del Reino Encantado



Había una vez un niño llamado Yeriel, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Yeriel era muy curioso y siempre buscaba nuevas aventuras para explorar.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, encontró un mapa antiguo tirado en el suelo. - ¡Wow! ¡Un mapa del tesoro! -exclamó emocionado Yeriel-. Esto sí que es una verdadera aventura.

Sin perder tiempo, Yeriel siguió las instrucciones del mapa y comenzó a buscar pistas por todo el bosque. Después de mucho buscar, encontró una llave dorada debajo de una roca. - ¡Esto seguro abre algo importante! -dijo Yeriel con entusiasmo. Siguiendo las indicaciones del mapa, llegó a una cueva misteriosa oculta entre los árboles.

Con la llave en mano, abrió la puerta y se adentró en la oscuridad.

Pero lo que encontró dentro fue aún más sorprendente: ¡un mundo subterráneo lleno de criaturas mágicas! Yeriel estaba emocionado al ver duendes bailando y hadas volando por todas partes. Decidió acercarse a uno de los duendes y preguntarle qué hacían allí. - Hola amigo duende, ¿qué hacen aquí? -preguntó Yeriel con curiosidad.

El duende le explicó que aquel lugar era conocido como "El Reino Encantado" y que ellos vivían allí desde hace muchos años. También le contaron sobre un problema que tenían: el rey había perdido su corona mágica y sin ella, el reino estaba en peligro.

- ¿Puedo ayudarlos a encontrar la corona mágica? -ofreció Yeriel con determinación. Los duendes se miraron entre sí y finalmente asintieron. Juntos, comenzaron la búsqueda de la corona perdida. Siguiendo las pistas del mapa, se adentraron aún más en el Reino Encantado.

Durante su travesía, encontraron varios desafíos y obstáculos que debían superar. Pero Yeriel no se rindió y con ingenio e imaginación logró resolver cada uno de ellos. Finalmente, llegaron al Castillo Real donde se encontraba la corona mágica.

Pero para llegar hasta ella, tenían que enfrentarse a un dragón feroz que custodiaba el tesoro. - No te preocupes, amigo dragón. No queremos hacerte daño. Solo necesitamos recuperar la corona -le dijo Yeriel con valentía.

El dragón pareció entender las palabras de Yeriel y dejó paso libre hacia la corona mágica. Con cuidado, Yeriel tomó la corona y rápidamente regresó junto al rey del Reino Encantado.

Al ver que Yeriel había recuperado su corona, el rey estaba extasiado de alegría y gratitud hacia él. Como muestra de agradecimiento, le ofreció una varita mágica especial que cumpliría cualquier deseo que tuviera.

Yeriel pensó por un momento antes de hacer su deseo:- Quiero que todos los niños del mundo tengan acceso a una educación de calidad -dijo Yeriel con voz firme pero amable. El rey sonrió y agitó la varita mágica.

En ese momento, todos los niños del mundo comenzaron a recibir libros, cuadernos y lápices para poder estudiar y aprender. Y así, gracias a Yeriel y su valentía, el Reino Encantado volvió a estar en paz y todos los niños del mundo pudieron tener acceso a una educación de calidad.

Desde aquel día, Yeriel se convirtió en un verdadero héroe y siempre recordaría aquella maravillosa aventura que cambió su vida para siempre.

FIN.

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