El Tesoro del Rey Honesto



Había una vez un ratoncito muy pequeño, pero muy astuto y picarón. Vivía en un agujero en el campo y siempre estaba buscando la manera de obtener comida para su familia.

Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó hablar de un rey que tenía un gran tesoro custodiado en su castillo.

El ratoncito pensó que si lograba robar algo del tesoro del rey, podría llevarlo a casa y alimentar a sus hermanitos y a su mamá hermena durante mucho tiempo. Así que decidió emprender esa difícil tarea. El camino hacia el castillo no fue fácil para el ratoncito. Tuvo que sortear muchos obstáculos como ríos peligrosos, montañas escarpadas y animales feroces.

Pero gracias a su ingenio y valentía logró superarlos todos. Finalmente llegó al castillo del rey y se coló por una ventana abierta.

El ratoncito se deslizó sigilosamente por los pasillos oscuros hasta llegar al lugar donde estaba guardado el tesoro real más preciado: una corona de diamantes. Con mucha habilidad, logró tomar la corona sin hacer ningún ruido. Estaba muy feliz porque había conseguido lo que quería, pero justo cuando iba a salir del castillo escuchó voces detrás de él.

- ¡Alto ahí! ¿Quién eres tú? - gritó uno de los guardias del rey. El ratoncito temblaba de miedo, pero rápidamente ideó un plan para escaparse.

Corrió hacia una ventana cercana y saltó hacia afuera con la corona en su boca. Los guardias lo persiguieron, pero el ratoncito era demasiado rápido para ellos. Finalmente llegó a su hogar en el campo y presentó orgulloso la corona de diamantes a su familia.

Pero cuando le preguntaron cómo había logrado conseguirla, el ratoncito no pudo mentir y les contó toda la verdad. Su mamá hermena se sintió muy triste al saber que su hijo había arriesgado su vida por ellos.

Le explicó que no estaba bien robar y que debían trabajar juntos para conseguir comida de manera honesta. El ratoncito entendió lo que su mamá le decía y prometió nunca más volver a hacer algo así.

Desde entonces, trabajaron duro todos juntos para obtener todo lo necesario para vivir felices sin tener que recurrir al engaño o al robo.

Y así fue como el ratoncito aprendió una valiosa lección: que siempre es mejor trabajar duro y ser honesto antes de intentar conseguir las cosas fácilmente mediante trucos o engaños.

FIN.

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