El Tesoro del Río
Juan era un niño curioso y aventurero que adoraba pescar en el río cerca de su casa. Un día, mientras preparaba su caña, se encontró con un chico llamado Mateo que estaba construyendo un castillo de arena.
- Hola, ¿qué estás construyendo? - preguntó Juan con entusiasmo. - Un castillo, ¿quieres ayudarme? - respondió Mateo con una sonrisa. Los dos niños se hicieron amigos al instante y empezaron a charlar animadamente mientras jugaban.
Mateo le contó a Juan que estaba buscando un tesoro perdido en el río y que necesitaba ayuda para encontrarlo. Intrigado, Juan se ofreció a ayudar a su nuevo amigo. Juntos, se adentraron en las aguas del río, explorando entre las rocas y la vegetación.
Tras un rato de búsqueda, Juan divisó algo brillante entre la arena del lecho del río. Era un cofre cubierto de algas y conchas marinas. Con esfuerzo, lograron sacarlo del agua y lo abrieron con emoción.
Dentro encontraron monedas de oro y joyas centelleantes. Ambos niños se miraron emocionados y se abrazaron con alegría. Compartieron el tesoro y decidieron usarlo para hacer algo bueno por su comunidad.
Desde ese día, Juan y Mateo se convirtieron en inseparables amigos, compartiendo muchas aventuras emocionantes juntos.
FIN.