El tesoro del sur
Había una vez un niño llamado Estevan, que vivía en un pequeño pueblo en Argentina.
Estevan siempre había soñado con ir al sur de Chile, ya que había escuchado historias maravillosas sobre los hermosos paisajes y la cultura única de ese lugar. Un día, mientras Estevan caminaba por la plaza del pueblo, vio a un grupo de niños jugando y riendo.
Se acercó a ellos y les preguntó: "¿Alguno de ustedes ha ido alguna vez al sur de Chile?"Uno de los niños, llamado Mateo, respondió: "Sí, fui el verano pasado. Fue increíble. Los lagos eran tan claros como el cristal y las montañas eran impresionantes".
Estevan suspiró y dijo: "Me encantaría poder ir allí algún día, pero no tengo dinero para pagar el viaje". Mateo se puso a pensar por un momento y luego sonrió. "Tengo una idea", dijo emocionado. "Mi tío tiene una tienda aquí en el pueblo.
Podrías ayudarlo durante algunas semanas y él te pagará lo suficiente para tu viaje". Estevan se emocionó mucho con la idea y decidió visitar al tío de Mateo en su tienda al día siguiente.
Cuando llegó a la tienda, Estevan encontró al tío de Mateo muy ocupado organizando los estantes llenos de productos. "¡Hola! Soy Estevan", dijo tímidamente. "Mateo me dijo que tal vez podría trabajar aquí para ganar algo de dinero para mi viaje al sur de Chile".
El tío de Mateo miró a Estevan con una sonrisa y dijo: "¡Claro que sí! Si estás dispuesto a trabajar duro, estaré encantado de pagarte por tu ayuda".
A partir de ese día, Estevan comenzó a trabajar en la tienda del tío de Mateo. Pasaba sus días organizando productos, atendiendo a los clientes y aprendiendo todo sobre el negocio. Poco a poco, Estevan comenzó a ganar dinero. Ahorraba cada centavo pensando en su viaje al sur de Chile.
Pero algo interesante ocurrió durante esas semanas trabajando en la tienda: Estevan se dio cuenta de que estaba disfrutando mucho ayudando a los demás y aprendiendo nuevas habilidades.
Un día, mientras empacaba algunas cajas, el tío de Mateo se acercó a él y le dijo: "Estoy muy impresionado con tu trabajo duro y dedicación.
No solo te pagaré lo suficiente para tu viaje al sur de Chile, sino que también te ofreceré un trabajo permanente aquí en la tienda si quieres quedarte". Estevan quedó sorprendido por la oferta. Pensó en todas las cosas maravillosas que había experimentado mientras trabajaba allí y cómo había crecido como persona.
Después de reflexionar un poco, Estevan respondió: "Gracias por esta increíble oportunidad, pero mi corazón aún anhela ir al sur de Chile. Quiero ver esos hermosos paisajes y aprender más sobre su cultura". El tío de Mateo sonrió y asintió comprensivamente. "Entiendo perfectamente", dijo.
"Te deseo lo mejor en tu viaje y estoy seguro de que tendrás muchas aventuras emocionantes". Con su dinero ahorrado, Estevan finalmente pudo hacer realidad su sueño de ir al sur de Chile.
Viajó en autobús y se maravilló con cada paisaje que veía por la ventana. Durante su viaje, Estevan conoció a personas amables y aprendió mucho sobre la cultura chilena. Exploró los lagos cristalinos y las montañas majestuosas que tanto había deseado ver.
Después de unas semanas maravillosas, Estevan regresó a su pequeño pueblo en Argentina. Aunque extrañaba el sur de Chile, sabía que siempre podría volver algún día.
Estevan se dio cuenta de que el verdadero tesoro no era solo llegar a un lugar nuevo, sino también el camino para llegar allí. Aprendió el valor del trabajo duro, la perseverancia y cómo los sueños pueden convertirse en realidad si uno está dispuesto a esforzarse por ellos.
Y así, Estevan siguió creciendo y explorando nuevas aventuras mientras continuaba persiguiendo sus sueños con una sonrisa en su rostro y un corazón lleno de gratitud por todas las oportunidades que había tenido.
FIN.