El tesoro del tiempo
Había una vez un niño llamado Benjamín que vivía en un pequeño pueblo. Un día, mientras caminaba por la calle, encontró una moneda brillante en el suelo. Sin pensar dos veces, decidió reagarrarla y guardarla en su bolsillo.
Al llegar a casa, Benjamín se sentó en su habitación y examinó detenidamente la moneda. De repente, algo extraño ocurrió: ¡la moneda comenzó a emitir destellos mágicos! El niño no podía creerlo, pero sabía que algo especial estaba pasando.
Decidiendo probar si la moneda tenía algún poder mágico, Benjamín cerró los ojos y deseó con todas sus fuerzas volver al pasado.
Al abrirlos de nuevo, se dio cuenta de que había viajado atrás en el tiempo hasta el día anterior. Emocionado por esta nueva aventura, Benjamín decidió aprovechar al máximo su oportunidad. Se dirigió directamente a la escuela y recordaba todas las respuestas correctas para cada pregunta del examen sorpresa que habrían tenido ese día.
Cuando llegaron los resultados del examen al día siguiente, todos los compañeros de clase quedaron asombrados al ver las calificaciones perfectas de Benjamín. Él simplemente sonrió y mantuvo su secreto guardado.
A medida que pasaban los días, Benjamín continuaba utilizando la moneda para mejorar diferentes aspectos de su vida. Corregía errores cometidos durante partidos de fútbol e incluso evitaba accidentes menores que habían ocurrido. Sin embargo, pronto empezó a darse cuenta de que cambiar el pasado tenía consecuencias.
Los amigos que había hecho gracias a sus errores pasados comenzaron a alejarse de él porque no compartían las mismas experiencias. Un día, mientras jugaba con su moneda mágica en el parque, Benjamín se encontró con un niño llamado Lucas.
Lucas era nuevo en el pueblo y parecía estar triste y solitario. "Hola, ¿eres nuevo aquí?"- preguntó Benjamín amablemente. Lucas asintió con la cabeza y dijo: "Sí, acabo de mudarme. No tengo amigos todavía".
Benjamín sintió empatía por Lucas y decidió hacer algo especial para ayudarlo. En lugar de usar la moneda para cambiar el pasado, decidió utilizarla para crear momentos especiales en el presente. Los dos niños comenzaron a jugar juntos todos los días.
Construyeron fuertes de cartón, treparon árboles e incluso hicieron una búsqueda del tesoro en el parque. Pronto, Lucas ya no se sentía solo y triste; ahora tenía un amigo maravilloso como Benjamín.
A medida que pasaban los meses, Benjamín se dio cuenta de que su amistad con Lucas era mucho más valiosa que cualquier cosa que pudiera cambiar en el pasado. Aprendió que vivir plenamente cada momento y construir relaciones significativas eran las cosas más importantes en la vida.
Un día, cuando estaba sentado junto al río junto a Lucas, Benjamín tomó la moneda mágica y la lanzó al agua. "¿Por qué hiciste eso?"- preguntó sorprendido Lucas.
Benjamín sonrió y respondió: "Porque he aprendido que lo más importante está aquí, en el presente. No necesito cambiar el pasado cuando puedo crear un futuro maravilloso junto a ti". Desde ese día, Benjamín y Lucas siguieron siendo los mejores amigos.
Aunque ya no tenían la moneda mágica, sabían que la verdadera magia estaba en vivir cada momento con alegría y amistad. Y así, juntos, continuaron creando recuerdos inolvidables mientras disfrutaban de las aventuras de la vida.
FIN.