El Tesoro del Unicornio Brillante
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Rutila, pero a quien sus dos mamás cariñosamente llamaban Pupu.
Rutila era una niña muy curiosa y soñadora, con ojos brillantes y una sonrisa que iluminaba cualquier lugar al que fuera. En la casa de Rutila, cada día era especial y diferente. Con Laura, una de sus mamás, disfrutaba amasando pizzas deliciosas mientras cantaban canciones alegres.
A Laura le encantaba el fútbol y juntas veían los partidos de Independiente, su equipo favorito. Celebraban cada gol como si fuera el más importante del mundo. Por otro lado, Mayra, la otra mamá de Rutila, tenía el don de la narración.
Todas las noches antes de dormirle, Mayra le leía cuentos mágicos que transportaban a Rutila a mundos llenos de fantasía y aventuras inolvidables.
Un día soleado mientras jugaba en el jardín trasero de su casa, Rutila se encontró con algo increíble: ¡un unicornio mágico! El unicornio era blanco como la nieve y tenía un cuerno brillante que desprendía destellos de colores. Rutila no podía creer lo que veían sus ojos. "¡Hola! Soy Lunita", dijo el unicornio con voz suave y melodiosa.
Rutila estaba emocionada por conocer a Lunita y rápidamente se hicieron amigas inseparables. Juntas vivieron muchas aventuras fantásticas: volaron sobre arcoíris, exploraron bosques encantados y ayudaron a criaturas mágicas en apuros.
Pero un día, mientras jugaban cerca del río cristalino del bosque, escucharon un llanto desgarrador. Se acercaron con cautela y descubrieron a un hada atrapada en una telaraña gigante tejida por una malvada araña venenosa.
Sin dudarlo ni un segundo, Rutila y Lunita idearon un plan para rescatar al hadita. Con valentía y trabajo en equipo lograron liberar al hadita atrapada y derrotar a la araña malvada.
El hadita les dio las gracias con lágrimas de alegría en los ojos y les regaló polvos mágicos que concedían deseos especiales. "Gracias por salvarme queridas amigas", dijo el hadita emocionada. Rutila comprendió entonces que la verdadera magia reside en la bondad del corazón y en ayudar a quienes lo necesitan.
Desde ese día, Rutila siguió viviendo aventuras junto a Lunita el unicornio mágico; siempre recordando que los sueños pueden hacerse realidad cuando se cree en ellos con todo el corazón.
Y así terminó esta historia llena de magia, amor e imaginación donde una valiente niña llamada Pupu descubrió que junto al poderoso unicornio Lunito podía lograr cualquier cosa si confiaba en sí misma e irradiaba bondad hacia el mundo entero.
FIN.