El Tesoro Escondido de los Piñones
Había una vez una familia de topos que vivía en un hermoso jardín lleno de flores y árboles frutales. El abuelo topo era el más sabio del clan, siempre contaba historias fascinantes sobre sus aventuras en la superficie.
Un día, mientras estaban cavando túneles para recolectar alimentos, se encontraron con un pino lleno de piñones. La familia topo nunca había visto algo así antes, y todos comenzaron a recolectar piñones emocionados.
"¡Miren lo que encontramos!", exclamó el abuelo topo. "Estos son los famosos piñones que tanto hemos oído hablar en nuestras leyendas". Pero cuando intentaron abrir los piñones, descubrieron que estaban vacíos. Todos se sintieron decepcionados y tristes.
La familia topo no podía entender por qué algo tan prometedor resultó ser una gran decepción. Fue entonces cuando la lombriz más vieja del jardín se acercó a ellos y les dijo: "No todo es lo que parece a simple vista".
Los topos no entendieron lo que ella quería decir. La lombriz les explicó: "Los piñones pueden estar vacíos por fuera, pero dentro hay semillas para plantar nuevos árboles". Los topos quedaron sorprendidos al escuchar esto.
Entonces el abuelo topo tuvo una idea brillante: "Vamos a plantar estas semillas de piñón y hacer crecer nuestro propio árbol". Toda la familia trabajó junta para cavar un agujero profundo donde pudieran plantar las semillas con cuidado.
Después de varios meses, un pequeño brote comenzó a salir de la tierra. La familia topo lo regó y cuidó con mucho amor y dedicación. Con el paso del tiempo, el árbol creció fuerte y alto.
Un día, cuando estaban disfrutando de las sombras frescas debajo del árbol, se dieron cuenta de que había algo más allí: ¡una gran cantidad de lombrices! Las lombrices habían encontrado un hogar seguro en las raíces del árbol. La familia topo y las lombrices se hicieron amigos inseparables.
Aprendieron que trabajar juntos podía hacer cosas increíbles. El abuelo topo les contaba historias sobre sus aventuras mientras compartían los frutos del árbol.
De esta manera, la familia topo aprendió una valiosa lección: nunca subestimes lo que hay dentro de algo por su apariencia externa. Cada cosa tiene un propósito único e importante en este mundo, incluso si no podemos verlo a simple vista.
Y así fue como la familia topo y las lombrices vivieron felices bajo la sombra del hermoso árbol de piñones durante muchos años más.
FIN.