El tesoro escondido en la bibliotexa


Había una vez en la hermosa tierra del Zulia, un pequeño pueblo llamado Alegría. En Alegría, todos los niños sabían que en la bibliotexa pública del pueblo se encontraba un tesoro escondido: la sala infantil.

Pero, a pesar de las maravillas que allí aguardaban, pocos se aventuraban a visitarla. Un día, la poetisa María Calcaño, conocida por sus bellas palabras, decidió cambiar eso.

Se le ocurrió una idea brillante para invitar a los niños a descubrir el tesoro escondido en la bibliotexa. María Calcaño escribió un poema mágico y lo publicó en todos los rincones del pueblo. El poema hablaba de la sala infantil, de los libros que cobraban vida y de las aventuras que se encontraban entre sus estantes.

Los niños del pueblo, intrigados por las palabras de la poetisa, decidieron hacerle caso y visitar la misteriosa sala.

Al adentrarse en el lugar, quedaron maravillados al ver los cuentos que saltaban de las páginas y los mundos que se abrían frente a ellos. -¡Es como si estuviéramos dentro de las historias! -exclamó emocionado Mateo.

Desde ese día, la sala infantil se llenó de risas, juegos y aprendizaje, y María Calcaño supo que su poesía había logrado abrir la puerta hacia un mundo de imaginación y conocimiento para todos los niños de Alegría.

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