El tesoro generoso



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Mirna Alexa Mendoza Navidad. Ella era conocida por su buen corazón y siempre buscaba la forma de ayudar a los demás.

Un día, mientras caminaba por el parque, Mirna escuchó a alguien llorando. Se acercó sigilosamente y vio a Lucas, un niño que había perdido su pelota en lo alto de un árbol.

Sin pensarlo dos veces, Mirna se trepó al árbol y recuperó la pelota para Lucas. "¡Muchas gracias, Mirna! Eres increíble", exclamó Lucas emocionado. Mirna sonrió y le dijo: "No hay problema, estoy feliz de poder ayudarte".

Desde ese día, Mirna se volvió conocida en el pueblo como "La niña de buen corazón" y todos recurrían a ella cuando necesitaban ayuda. Un día recibió una carta misteriosa con instrucciones sobre cómo encontrar un tesoro escondido en el bosque.

Intrigada por la aventura que le esperaba, Mirna decidió seguir las indicaciones y se adentró en el bosque. Caminando entre los árboles altos y frondosos encontró un mapa antiguo que mostraba la ubicación exacta del tesoro. Siguiendo el mapa llegó hasta una cueva oscura donde descubrió cajas llenas de juguetes nuevos.

La emoción invadió su corazón cuando se dio cuenta de que esos juguetes eran para los niños más necesitados del pueblo.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de llevarse los juguetes al pueblo para repartirlos entre los niños, apareció el malvado Tito, un hombre codicioso que quería quedarse con todo para sí mismo. "¡Eso es mío! ¡No te lo llevarás!", gritó Tito mientras intentaba arrebatarle las cajas a Mirna. Pero Mirna, valiente y decidida, no se dejó intimidar.

Luchó con todas sus fuerzas para proteger los juguetes y finalmente logró vencer a Tito. Con las cajas de juguetes en sus manos, Mirna regresó al pueblo y organizó una gran fiesta en la plaza.

Todos los niños del pueblo disfrutaron de una tarde llena de juegos, risas y alegría gracias a la generosidad de Mirna. A partir de ese día, todos en el pueblo reconocieron aún más el buen corazón de Mirna Alexa Mendoza Navidad.

La admiraban por su valentía y por siempre estar dispuesta a ayudar a los demás.

Y así, esta historia nos enseña que no importa cuán pequeños seamos o cuántos obstáculos enfrentemos en el camino, siempre podemos hacer grandes cosas si tenemos un buen corazón como el de Mirna Alexa Mendoza Navidad.

FIN.

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