El tesoro oculto de la Tierra
Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba leer libros de aventuras.
Un día, mientras hojeaba uno de sus libros favoritos, "Viaje al centro de la Tierra", se le ocurrió una idea emocionante: ¿Y si él también pudiera hacer un viaje al centro de la Tierra? Tomás decidió que no había tiempo que perder y comenzó a planificar su aventura.
Primero, buscó en su habitación todo lo que necesitaría para el viaje: una mochila resistente, linternas, comida y agua. Luego fue a hablar con su mejor amigo Lucas para invitarlo a unirse a la expedición. "-Lucas, tengo una idea genial. Vamos a hacer un viaje al centro de la Tierra", dijo Tomás entusiasmado.
Lucas lo miró sorprendido pero emocionado ante la propuesta. "-¡Eso suena increíble! Pero... ¿cómo vamos a llegar allí?"Tomás sonrió y sacó otro libro de su colección: "El túnel mágico".
"-Con este libro podremos construir nuestro propio túnel mágico hacia el centro de la Tierra". Ambos amigos se pusieron manos a la obra y siguieron las instrucciones del libro al pie de la letra.
Cavaron un agujero profundo en el jardín trasero hasta encontrar una extraña roca brillante. Siguiendo las indicaciones del libro, colocaron los objetos encontrados sobre ella y esperaron. De repente, el suelo tembló y un resplandor verde envolvió todo el lugar.
Cuando desapareció, Tomás y Lucas se encontraban dentro del túnel mágico, listos para comenzar su viaje. A medida que descendían por el túnel, los amigos se encontraron con diversas maravillas subterráneas. Pasaron por ríos de lava y cavernas brillantes llenas de cristales.
Se toparon con extrañas criaturas como murciélagos gigantes y plantas luminosas. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando finalmente alcanzaron el centro de la Tierra.
Esperaban encontrar un lugar oscuro y caliente, pero en cambio descubrieron un hermoso jardín subterráneo lleno de flores exóticas y animales coloridos. "-¡Es increíble!", exclamó Lucas maravillado. Tomás sonrió satisfecho. "-Sabía que este viaje sería especial". Mientras exploraban el jardín, encontraron a una pequeña criatura llamada Chispita, quien resultó ser una experta en flora y fauna subterránea.
Chispita les enseñó sobre las diferentes especies que vivían allí y cómo se adaptaban al ambiente oscuro. Los amigos pasaron días enteros aprendiendo junto a Chispita y disfrutando del asombroso mundo subterráneo.
Pero llegó el momento de regresar a casa y contarle a todos sobre su increíble aventura. Con tristeza en sus corazones, Tomás y Lucas dijeron adiós a Chispita y emprendieron el ascenso hacia la superficie utilizando nuevamente el túnel mágico.
Cuando salieron del agujero en su jardín trasero, los amigos se dieron cuenta de algo: habían cambiado. Su experiencia en el centro de la Tierra los había llenado de conocimiento y valentía.
Tomás y Lucas descubrieron que no hace falta un viaje al centro de la Tierra para vivir grandes aventuras. La verdadera magia está en cada rincón del mundo, solo hay que estar dispuestos a explorar y aprender.
Desde ese día, los amigos siguieron leyendo libros de aventuras, pero ahora también salían a explorar su propio vecindario con ojos curiosos y mentes abiertas. Y cada vez que miraban el agujero en el jardín trasero, recordaban con cariño su increíble viaje al centro de la Tierra.
FIN.