El tesoro oculto del mar



Había una vez una niña llamada Mari que vivía en un pequeño pueblo. Mari era una niña muy estudiosa y siempre iba a la escuela con mucho entusiasmo.

Pero un día, algo inesperado sucedió: Mari se quedó dormida y no pudo despertarse a tiempo para ir a clase. Cuando Mari finalmente abrió los ojos, se dio cuenta de que ya había pasado la hora de ir a la escuela.

Se sintió triste y preocupada por haber faltado a clase, ya que nunca antes lo había hecho. Decidió levantarse rápidamente e ir corriendo hacia el colegio. En su camino, Mari encontró a su amiga Lola, quien le preguntó por qué llegaba tarde a la escuela.

Mari le explicó lo que había pasado y Lola le dijo: "No te preocupes, Mari. A veces estas cosas pasan y no podemos evitarlas".

Mari se sintió un poco mejor al escuchar las palabras reconfortantes de Lola, pero aún así quería hacer algo para remediar su falta de asistencia. Decidió hablar con la maestra después de clases y pedirle permiso para recuperar todo lo que había perdido ese día.

Al llegar al colegio, el director le permitió ingresar aunque fuera tarde. La maestra estaba sorprendida por ver a Mari allí tan decidida y dispuesta a ponerse al día en sus estudios.

La maestra le explicó que esa mañana habían aprendido sobre los animales del mar y realizaron una actividad muy divertida dibujando peces coloridos. Sin embargo, como Mari no estuvo presente, no pudo participar en esa actividad. Mari se sintió desilusionada pero decidió aprovechar al máximo el resto del día.

La maestra le pidió que hiciera una investigación sobre los animales marinos y preparara una presentación para compartir con sus compañeros al día siguiente. Mari se emocionó ante el desafío y se puso manos a la obra.

Pasó horas investigando en libros y en internet, tomando notas y dibujando imágenes de los diferentes animales marinos. Estaba tan concentrada en su trabajo que ni siquiera notó cómo pasaba el tiempo. Cuando llegó la hora de la presentación, Mari estaba lista.

Se levantó frente a sus compañeros y comenzó a hablar sobre los peces, las ballenas, los delfines y todos los demás animales marinos que había estudiado. Su presentación fue tan interesante y detallada que todos sus compañeros quedaron fascinados.

Incluso la maestra estaba impresionada por todo lo que Mari había aprendido en un solo día. Después de la presentación, Mari recibió aplausos y felicitaciones de sus compañeros.

Se sintió orgullosa de sí misma por haber convertido un día perdido en una oportunidad para aprender algo nuevo. Desde ese día, Mari aprendió que no importa cuántas veces nos equivoquemos o faltemos a algo importante, siempre hay una manera de recuperarnos y seguir adelante.

Aprendió también que el esfuerzo y la dedicación pueden convertir cualquier situación difícil en una oportunidad para crecer. Y así, Mari continuó asistiendo a clases con entusiasmo cada día, sabiendo que cualquier obstáculo puede ser superado con valentía e determinación.

FIN.

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