El tesoro perdido de los quechuas
Había una vez en Quillacollo, una pequeña ciudad rodeada de montañas y misterios.
En las afueras, un grupo de obreros estaba trabajando en la construcción de un nuevo edificio cuando, de repente, uno de ellos golpeó algo duro con su pala. Al limpiar el lugar, descubrieron que se trataba de un antiguo tesoro enterrado. Los arqueólogos fueron llamados para investigar este increíble hallazgo.
Pronto se dieron cuenta de que se trataba de un tesoro perteneciente a la cultura quechua, una civilización ancestral que habitaba esas tierras hace cientos de años. Entre los objetos encontrados había vasijas decoradas con hermosos diseños, joyas brillantes y herramientas antiguas.
Pero lo más sorprendente fue cuando descubrieron un extraño medallón con inscripciones en quechua que parecían ser algún tipo de conjuro mágico. "¡Qué maravilla! Este tesoro nos puede llevar directamente al tiempo en el que fue enterrado", exclamó emocionado el líder del equipo arqueológico.
Sin pensarlo dos veces, decidieron probar la magia del medallón. Colocaron cada uno de ellos una mano sobre él y concentraron sus mentes en viajar al pasado.
De repente, todo a su alrededor comenzó a girar y brillar intensamente hasta que finalmente se detuvieron frente a una impresionante ciudadela inca. "¡Increíble! ¡Estamos realmente en el pasado!", gritó uno de los arqueólogos asombrado. Exploraron aquella antigua ciudad llena de vida y colorido.
Pudieron ver cómo era la vida cotidiana de los antiguos pobladores quechuas: cómo cultivaban la tierra, tejían coloridas telas y celebraban ceremonias en honor a sus dioses. Pero pronto se dieron cuenta de que debían regresar al presente antes de que fuera demasiado tarde.
Con gran esfuerzo lograron activar nuevamente el medallón y cerrar los ojos mientras sentían cómo eran transportados a través del tiempo una vez más. Al abrir los ojos, se encontraron nuevamente frente al tesoro desenterrado en Quillacollo.
Estaban exhaustos pero felices por haber vivido esa increíble experiencia. "Nunca olvidaremos lo vivido hoy. Este tesoro nos ha enseñado mucho sobre nuestra historia y nuestras raíces", dijo uno de los arqueólogos con emoción.
Desde ese día, el tesoro arqueológico encontrado en Quillacollo se convirtió en parte fundamental del museo local, donde niños y adultos podían aprender sobre la fascinante cultura quechua y soñar con viajar en el tiempo como aquel valiente equipo de arqueólogos lo hizo alguna vez.
FIN.