El Tesoro Perdido del Liceo San Pablo
Había una vez en el colegio Liceo San Pablo, un grupo de niños muy curiosos y aventureros. Ellos siempre estaban buscando nuevas formas de aprender y divertirse juntos.
Un día, la directora del colegio les dio una gran noticia: "¡Niños, a partir de ahora ustedes serán los primeros en empezar las clases todos los días!"Los niños se emocionaron muchísimo con esta noticia.
Sabían que esto significaba que tenían más tiempo para explorar, jugar y aprender cosas nuevas. Y así fue como comenzó su increíble aventura. El primer día, los niños decidieron aprovechar al máximo su nuevo horario. Se levantaron temprano y se encontraron en el patio del colegio antes que nadie.
Estaban llenos de energía y entusiasmo. "¡Chicos, vamos a hacer algo diferente hoy! ¡Vamos a buscar tesoros escondidos en el colegio!", propuso Tomás, uno de los niños más valientes del grupo.
Todos asintieron emocionados y se dividieron en equipos para comenzar la búsqueda. Durante horas recorrieron cada rincón del colegio: desde las aulas hasta el laboratorio de ciencias, pasando por la biblioteca y el gimnasio.
Finalmente, después de mucho buscar e investigar pistas, encontraron un antiguo mapa dibujado por un niño llamado Mateo hace muchos años atrás. El mapa indicaba que debían ir al sótano del colegio para encontrar el tesoro escondido. Con valentía, descendieron por las escaleras oscuras hasta llegar al misterioso sótano.
Allí encontraron una puerta secreta detrás de unos estantes llenos de libros viejos. La puerta los llevó a una sala llena de tesoros: libros antiguos, instrumentos musicales y pinturas coloridas. "¡Wow! ¡Esto es increíble!", exclamaron todos al unísono.
De repente, escucharon un ruido proveniente del otro extremo de la sala. Era el conserje del colegio, Don Pedro. Al ver a los niños explorando la sala secreta, sonrió y les dijo:"Me alegra ver que ustedes han encontrado este lugar especial.
Estos objetos pertenecieron a estudiantes pasados que dejaron su huella en el colegio. Cada uno tiene una historia y un mensaje para ustedes".
Don Pedro les contó historias fascinantes sobre los estudiantes del pasado y cómo cada uno había dejado su marca en el Liceo San Pablo. Los niños escuchaban atentamente mientras aprendían sobre la importancia de dejar un legado y ser valientes para perseguir sus sueños.
Después de esa increíble experiencia, los niños regresaron a sus clases con una nueva perspectiva sobre el aprendizaje y la aventura. A partir de ese día, aprovecharon cada momento para explorar, aprender y dejar su propia huella en el colegio.
El horario temprano les permitía descubrir nuevas pasiones: algunos se interesaron por la música, otros por las artes o las ciencias. Pero lo más importante era que todos ellos se apoyaban mutuamente en cada paso de su camino. Pasaron los meses y llegó el final del año escolar.
En la ceremonia de clausura, la directora felicitó a todos los niños por su dedicación e inspiración durante todo el año.
Les entregó un diploma especial que decía: "Por ser valientes exploradores y dejar su huella en el Liceo San Pablo". Los niños se miraron orgullosos mientras aplaudían a sus compañeros. Sabían que habían logrado algo especial juntos, y que esa experiencia los acompañaría siempre.
Y así, gracias a la decisión de comenzar las clases primero, los niños del colegio Liceo San Pablo descubrieron el verdadero valor de la amistad, la aventura y el aprendizaje.
FIN.