El tesoro verde de Villanueva del Trabuco



Había una vez un pequeño pueblo en Málaga llamado Villanueva del Trabuco. Este lugar era conocido por sus hermosos paisajes y su gente amable. En este pueblo vivían tres amigos muy aventureros: Lucas, Martina y Tomás.

Un día soleado, los tres amigos decidieron hacer una excursión a los alrededores del pueblo. Querían explorar lugares nuevos y descubrir cosas emocionantes. Así que empacaron sus mochilas con agua, comida y mucha energía.

Su primera parada fue en Los Villares, un conjunto de montañas que rodeaban el pueblo. Subieron la colina más alta y desde allí pudieron ver todo el valle de Villanueva del Trabuco.

"-¡Qué vista tan impresionante! Nunca había visto algo así!", exclamó Lucas emocionado. Después de disfrutar de la vista panorámica, continuaron su camino hacia Cien Caños, un hermoso río que atravesaba el bosque cercano al pueblo. Al llegar, se quitaron los zapatos y metieron los pies en el agua fresca.

"-¡Esto es vida!", dijo Martina mientras reía. Mientras caminaban junto al río, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque. Se adentraron entre los árboles siguiendo aquel sonido misterioso hasta encontrar una cueva escondida detrás de unas rocas gigantes.

Intrigados por lo que podrían encontrar dentro de la cueva, decidieron entrar con mucho cuidado. A medida que avanzaban por el oscuro pasadizo, comenzaron a ver destellos brillantes en las paredes de roca.

¡Eran cristales de colores que parecían sacados de un cuento de hadas! Tomás, el más valiente del grupo, se acercó a uno de los cristales y lo tocó suavemente.

En ese momento, algo mágico sucedió: ¡la cueva se iluminó con una luz brillante y cálida!"-¡Increíble!", exclamaron los amigos al unísono. La luz llevó a nuestros aventureros a una sala secreta llena de tesoros naturales. Había piedras preciosas, fósiles antiguos y plantas exóticas.

Pero lo más sorprendente era un libro antiguo cubierto de polvo que estaba en el centro de la sala. Martina tomó el libro entre sus manos y sopló delicadamente para quitarle el polvo.

Al abrirlo, descubrieron que era un libro lleno de historias sobre la naturaleza y cómo cuidarla. Estaba escrito por los habitantes del pueblo hace muchos años. "-Este libro es increíble", dijo Lucas emocionado. "-Podemos aprender mucho sobre nuestro entorno y cómo protegerlo".

Los tres amigos decidieron llevarse el libro como recuerdo y prometieron compartir su conocimiento con todos en Villanueva del Trabuco. Desde aquel día, Lucas, Martina y Tomás organizaron talleres educativos para enseñar a otros niños sobre la importancia de cuidar la naturaleza.

Plantaron árboles en las plazas del pueblo e hicieron campañas para mantener limpio cada rincón. Gracias a ellos, Villanueva del Trabuco se convirtió en un lugar aún más hermoso donde todos aprendieron a apreciar y respetar el medio ambiente.

Y así, los tres amigos demostraron que incluso las pequeñas acciones pueden marcar la diferencia. Y colorín colorado, esta historia de aventuras y aprendizaje ha terminado.

FIN.

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