El Tiburón Tímido



En las aguas cristalinas de un océano rebosante de vida, vivía un tiburón llamado Timo. A diferencia de otros tiburones, Timo no era grande ni feroz. Tenía una sonrisa amable y un corazón lleno de gentileza. Sin embargo, a todos en el arrecife les daba miedo, pues pensaban que era un tiburón peligroso.

Un día, mientras nadaba cerca de una colorida isla, Timo escuchó una conversación entre un grupo de peces payaso.

"¡Mirá ahí viene Timo! ¡Es un tiburón!" - exclamó uno de ellos, paralizándose del miedo.

"¡Cuidado! ¡Se va a comer a uno de nosotros!" - gritó otro, escondiéndose tras una anémona.

Timo se sintió triste al escuchar eso. No quería que lo temieran, de hecho, sólo quería hacer amigos. Decidió entonces que tenía que demostrarles que era un tiburón diferente, así que se fue a buscar ayuda.

Nadando un poco más lejos, se encontró con una tortuga sabia llamada Tula.

"Tula, los peces me tienen miedo, y no sé cómo hacer amigos. ¿Qué puedo hacer?" - le preguntó Timo con un suspiro.

"Quizás deberías enseñarles quién sos en vez de dejar que los rumores te definan" - le respondió Tula, dándole una sonrisa alentadora.

Con un nuevo plan en mente, Timo se dispuso a organizar un evento en el arrecife: ¡una fiesta submarina! Nadó rápido para invitar a todos los habitantes del arrecife.

"¡Hola, amigos! Estoy organizando una fiesta!" - gritaba mientras se cruzaba con varios peces.

La respuesta fue un hemorragia de dudas y miedo.

"¿Una fiesta con un tiburón? ¡Eso no suena seguro!" - decía un pez globo, inflándose por el miedo.

A pesar de la preocupación de los demás, Timo se mantuvo firme. El día de la fiesta llegó, y aunque muchos no se atrevían a asistir, algunos curiosos nadaron para ver qué pasaba.

Timo se había preparado con decoraciones, música de burbujas y un montón de algas deliciosas.

"¡Bienvenidos a la Fiesta del Arrecife!" - exclamó con alegría al ver a los pocos visitantes.

Los peces miraban con recelo, pero la música era contagiosa. Poco a poco, comenzaron a acercarse. Entre las risas y los bailes, Timo decidió hacer algo especial.

Se acercó a un grupo de peces pequeños y, sonriendo, dijo:

"¿Quieren ver un truco?" - los miró expectante.

Cada pez asintió, intrigado.

Timo realizó una impresionante acrobacia, saltando hacia arriba y girando en el aire, haciendo que cada burbuja que pasaba brillara. Todos quedaron maravillados.

"¡No sabía que un tiburón podía hacer eso!" - exclamó un pez payaso.

La tensión empezó a desvanecerse y todos comenzaron a reír y disfrutar de la fiesta.

Conforme avanzaba la noche, los peces se acercaron cada vez más a Timo y comenzaron a hacerle preguntas.

"¿Por qué no nos dijiste que eras tan divertido?" - dijo un pez loro, nadando rápidamente a su lado.

"Porque pensaba que me tendrían miedo. Solo quiero ser amigo de todos ustedes" - explicaba Timo con sinceridad.

Al final de la fiesta, todos estaban felices, y comprendieron que no debían juzgar a alguien sólo por su apariencia.

"Timo, sos el tiburón más divertido que conocemos!" - gritó un pequeño pez.

Desde ese día, Timo dejó de ser el tiburón temido y se convirtió en el tiburón querido del arrecife. Nunca más sintió soledad, y cada día jugaba y se reía con sus nuevos amigos.

Todos aprendieron que a veces, lo que más tememos puede resultar ser una gran alegría.

Y así, el tiburón Timo enseñó a todos que la verdadera amistad puede superar cualquier miedo.

FIN.

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