El Tigre que Enseña



Había una vez un niño llamado Tomás que vivía en la ciudad. Él siempre había querido conocer la naturaleza, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo.

Un día, su abuelo le dijo que iban a ir al Tigre, un lugar lleno de ríos y bosques. Cuando llegaron allí, Tomás se sorprendió por lo hermoso que era el paisaje. Todo estaba cubierto de árboles verdes y flores coloridas.

De repente, escuchó un rugido fuerte y vio a un tigre acercándose a ellos. -¡Abuelo! ¡Un tigre! -gritó Tomás asustado. -Tranquilo, no te preocupes -respondió su abuelo-. Solo tenemos que mantenernos alejados y no molestarlo. Pero el tigre comenzó a seguirlos mientras caminaban por el bosque.

Tomás estaba cada vez más asustado y no sabía qué hacer. -¿Qué vamos a hacer? -preguntó nervioso. -Sigue caminando sin mirar atrás -dijo su abuelo con calma-. El tigre solo quiere proteger su territorio.

Así continuaron caminando hasta llegar a un río cristalino. Al otro lado del río había una cueva donde podrían refugiarse si el tigre seguía persiguiéndolos.

Pero entonces ocurrió algo inesperado: mientras cruzaban el río en una pequeña balsa, vieron cómo el tigre se acercaba lentamente hacia ellos. Pero en lugar de atacarlos, se detuvo frente a ellos y los observó durante unos segundos. -¿Qué está haciendo? -preguntó Tomás sin entender nada. -Creo que solo nos está diciendo adiós -respondió su abuelo sonriendo-.

Ahora podemos seguir nuestro paseo con tranquilidad. Tomás se sintió aliviado y emocionado al mismo tiempo. Había aprendido una lección importante: no hay que tener miedo de la naturaleza, sino respetarla y admirarla.

Desde ese día, cada vez que volvían al Tigre, el tigre siempre los saludaba desde lejos, recordándoles la importancia del respeto hacia todas las criaturas vivas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!