El Tigre Timo y la Tortuga Tina



Había una vez, en la selva exuberante de un rincón mágico del mundo, un tigre llamado Timo y una tortuga llamada Tina. Timo era un tigre muy rápido, con rayas brillantes y una energía que no terminaba. Por otro lado, Tina era una tortuga sabia y paciente, siempre disfrutando de la vida a su propio ritmo.

Un día, mientras Timo corría de un árbol a otro, se topó con Tina, que estaba tomando el sol sobre una gran roca.

"¡Hola, Tina!", rugió Timo con entusiasmo. "¿No te gustaría correr un poco? ¡Es tan divertido!"

"Hola, Timo", respondió Tina con una sonrisa. "Correr no es mi favorito. Me gusta disfrutar del paisaje y pensar en las cosas."

Timo se rió. "¿Pensar? ¡Eso es para los lentos! ¡Correr es lo mejor!"

"Cada uno tiene su ritmo, Timo", contestó Tina, con calma. "Ser lento no significa que uno no disfrute de la vida."

Pero Timo quería demostrar que era el más veloz de todos, así que le propuso a Tina una carrera.

"¿Te gustaría competir conmigo y ver quién es el más rápido de la selva?" - dijo Timo con emoción.

Tina, aunque le sorprendió la idea, aceptó porque quería enseñarle a Timo que había otras formas de disfrutar del día.

"¡Claro, Timo! Pero hagámoslo a mi manera. Empecemos aquí y terminemos allá, cerca del río."

Timo se rió con desprecio. "¡Vas a perder, Tina! Pero está bien, acepto tus reglas."

Así, en el día soleado, todos los animales de la selva se reunieron para ver la gran carrera. El loro, la rana y hasta el elefante estaban muy emocionados. Timo se colocó en su posición, listo y ansioso, mientras Tina se preparaba en calma.

"¿Listos? ¡Encuentra la línea de inicio!" - gritó el loro.

"¡Listos, listos! ¡YA!" - aulló la rana y todos los animales comenzaron a animar.

Timo salió disparado, corriendo como el viento, mientras que Tina avanzaba despacio, disfrutando de cada hoja, cada insecto y cada rayo de sol. Al poco tiempo, Timo ya había alcanzado un gran avance y, confiado, decidió descansar un momento bajo un árbol.

"¡Voy ganando! ¡Soy el mejor!" - se dijo a sí mismo y se quedó dormido, convencido de que Tina no podría alcanzarlo.

Mientras tanto, Tina seguía avanzando. "Cada paso es un paso, no importa lo lento que sea" - pensaba feliz mientras admiraba una mariposa que bailaba en el aire.

Los minutos pasaron y cuando Timo despertó, se dio cuenta de que había estado dormido mucho más tiempo de lo que pensaba. Miró a su alrededor y no vio a Tina por ningún lado.

"¡Oh no! Tengo que correr... ¡Ya debe estar llegando!" - exclamó Timo, comenzando a correr a toda velocidad. Pero, al llegar cerca del río, se dio cuenta de que Tina ya estaba allí.

"¡Pero si yo era el más rápido!" - exclamó Timo, sorprendido.

"Así es, pero yo disfruté cada momento de mi camino", contestó Tina, sonriendo. "Cada uno tiene su ritmo y eso está bien. La vida no solo es una carrera, sino también un hermoso paseo."

Los animales aplaudieron. Timo, aunque un poco avergonzado, se dio cuenta de que la carrera no solo era sobre llegar primero, sino sobre disfrutar del paseo.

"¿Te parece si corremos juntos en el próximo paseo?" - propuso Timo, con una sonrisa amistosa.

"¡Me encantaría!" - respondió Tina, y ambos animales sellaron su nueva amistad.

A partir de ese día, Timo aprendió a disfrutar de su entorno y Tina a correr un poco más rápido, ambos encontrando un balance perfecto en la vida.

Y así, el tigre y la tortuga vivieron felices, compartiendo aventuras y aprendiendo el uno del otro, mientras la selva los rodeaba con su mágico encanto.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!