El tímido Lucas encuentra su lugar


Había una vez en un pequeño pueblo argentino, un profesor de educación física llamado Germán. Todos los niños y niñas del colegio lo adoraban porque era el mejor profesor que habían tenido nunca.

Germán no solo les enseñaba a hacer deporte, sino que también les inculcaba valores como el trabajo en equipo, la perseverancia y la amistad. Un día, llegó al colegio un nuevo alumno llamado Lucas.

Era un niño muy tímido y reservado que no tenía muchos amigos. Al principio le costó mucho integrarse con sus compañeros de clase y se sentía muy triste por ello.

Germán se dio cuenta de que algo le pasaba a Lucas y decidió hablar con él:- Hola Lucas, ¿qué tal estás? - preguntó Germán- Bien profe, gracias - respondió Lucas tímidamente- ¿Te gusta hacer deporte? - Sí profe, pero no soy muy bueno...

- Eso no importa Lucas - dijo Germán sonriendo - Lo importante es disfrutar del deporte y dar lo mejor de ti mismo. Ven conmigo al campo de fútbol. Lucas siguió a Germán hasta el campo de fútbol donde estaban jugando algunos alumnos. Germán le dio una pelota y comenzaron a jugar juntos.

- Mira Lucas - dijo Germán mientras hacía malabares con la pelota - Esto es difícil al principio pero si practicas todos los días verás cómo poco a poco vas mejorando.

Lucas intentó imitar los movimientos de su profe pero se tropezó varias veces. Sin embargo, Germán nunca perdió la paciencia y siempre le animaba para que siguiera intentándolo. - Vamos Lucas, tú puedes hacerlo - decía Germán mientras le daba ánimos.

Poco a poco, Lucas fue mejorando y comenzó a sentirse más seguro de sí mismo. Incluso sus compañeros de clase se sorprendieron al ver lo bien que jugaba al fútbol.

Un día, cuando estaban en pleno partido, uno de los alumnos se lesionó y tuvo que salir del campo. Todos los demás se quedaron sin saber qué hacer pero Germán no se rindió:- ¡Lucas! - gritó - Ven aquí y ocupa su lugar en el equipo.

Lucas estaba asustado porque nunca había jugado un partido tan importante pero sabía que su profe confiaba en él. Así que salió al campo con valentía y empezó a jugar como nunca antes lo había hecho.

El partido estaba muy reñido pero gracias al esfuerzo de todos los jugadores, lograron ganar por un gol de diferencia.

Todos saltaban y gritaban emocionados por la victoria pero Germán tenía algo especial preparado para Lucas:- ¡Eres el jugador más valioso del partido! - exclamó Germán mientras le entregaba una medalla dorada - Has demostrado que con trabajo duro y perseverancia se pueden alcanzar grandes cosas. Estoy muy orgulloso de ti. Lucas sonrió feliz mientras miraba su medalla dorada colgada en su pecho.

Ahora sabía que podía ser bueno en muchas cosas si trabajaba duro y tenía el apoyo de personas como Germán.

Desde ese día, Lucas se convirtió en uno de los mejores jugadores del equipo gracias a la enseñanza y guía incondicional de German el mejor profesor de educación física.

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