El Tiro Libre de Ronaldo



Era un día soleado en una pequeña ciudad de Argentina. Los niños del barrio se habían reunido en el parque para jugar al fútbol. Entre ellos estaba Lucas, un niño soñador que admiraba a los grandes futbolistas, especialmente a Ronaldo Nazário, el famoso delantero brasileño.

Lucas siempre soñaba con tener la fuerza y la precisión de su ídolo.

- 'Si yo pudiera patear como Ronaldo, ganaría todos los partidos', decía Lucas mientras lo observaba desde el borde del campo.

Un día, mientras practicaban un tiro libre, Lucas se preguntó:

- '¿Qué pasaría si Ronaldo estuviera aquí para enseñarnos?'

En ese momento, una ráfaga de viento sopló y, para su sorpresa, ¡Ronaldo apareció! Con su amplia sonrisa y su espíritu alegre, se acercó a los niños.

- '¡Hola, chicos! Estoy aquí para ayudarles a ser mejores futbolistas', dijo Ronaldo.

Los ojos de Lucas brillaron de emoción.

- '¿De verdad? ¿Puedes enseñarnos a patear fuerte un tiro libre?', preguntó ansiosamente.

- '¡Claro que sí! Pero primero, necesito que entiendan que un buen tiro libre no solo es cuestión de fuerza, sino también de técnica y confianza', explicó Ronaldo.

Ronaldo llevó a los niños a una portería y les dijo:

- 'Primero, enfoquen su mirada en el balón. Imaginen la trayectoria que quiere que siga y, con confianza, den el primer paso hacia la pelota.'

Los niños escucharon atentamente y comenzaron a practicar. Lucas recordó las palabras de Ronaldo y se concentró. Al momento de patear, dio un gran salto de confianza y se lanzó hacia la pelota, pero en vez de patearla con firmeza, apenas logró moverla un poco.

Desanimado, Lucas dijo:

- 'No puedo hacerlo. Soy un desastre'.

Ronaldo, con una sonrisa, se acercó y le dijo:

- 'No te preocupes, Lucas. A veces se comienza sin éxito, pero lo importante es no rendirse. Prueba de nuevo, y recuerda divertirte.'

Lucas respiró hondo, se concentró nuevamente y recordó el consejo de Ronaldo.

- 'Yo puedo hacer esto. Solo tengo que intentarlo una vez más.'

Con confianza renovada, Lucas volvió a correr hacia la pelota. Esta vez, logró patearla con fuerza y dirección, ¡la pelota voló como un cohete directo al arco! Los niños comenzaron a saltar de alegría.

- '¡Lo logré! ¡Lo logré!', gritó Lucas emocionado.

Ronaldo sonrió orgulloso mientras todos aplaudían a Lucas.

- '¡Excelente, Lucas! Ahora saben que la confianza y la práctica son claves para alcanzar sus sueños', dijo Ronaldo.

Sin embargo, en medio de la celebración, un grupo de niños del barrio vecino llegó, desafiando a los chicos que estaban practicando.

- '¡Nosotros queremos jugar!', gritaron.

Ronaldo, siempre entusiasta, propuso:

- '¡Perfecto! Vamos a organizar un partido entre ustedes. Aprenderán a trabajar en equipo y a aplicar lo que han practicado.'

Los niños se miraron entre ellos, contentos al tener la oportunidad de jugar un partido. Mientras se preparaban, Lucas sintió un poco de nervios.

- '¿Y si no soy lo suficientemente bueno en el juego?', se preguntó.

Ronaldo, que se había dado cuenta de la preocupación de Lucas, se acercó nuevamente.

- 'Recuerda, cada jugador tiene su propia manera de contribuir al juego. A veces ser un buen compañero es tan importante como ser un buen goleador. Jueguen unidos y apoyen a sus amigos.'

El partido empezó, y Lucas, recordando el apoyo de Ronaldo, se empeñó en dar lo mejor de sí. Aunque no siempre lograba marcar goles, se movía rápido y pasaba el balón a sus compañeros. Al final, el resultado no era lo que importaba, sino la diversión y el trabajo en equipo.

Después del partido, Ronaldo se acercó y les dijo:

- 'Chicos, lo hicieron increíble. Lo importante no es ganar o perder, sino disfrutar el juego y aprender juntos. Nunca dejen de soñar y practiquen con alegría'.

Los chicos asintieron, sabiendo que cada partido y cada entrenamiento los hacía mejores. Lucas, con una gran sonrisa, miró a Ronaldo y dijo:

- 'Gracias por venir a enseñarnos, ¡me siento más fuerte y confiado!'

Ronaldo lo abrazó y concluyó:

- 'Recuerden, siempre hay espacio para mejorar, pero sobre todo, siempre deben disfrutar de lo que hacen. ¡Sigan pateando fuerte!'

Y así, con su corazón lleno de ilusión y nuevos aprendizajes, los niños continuaron practicando fútbol, con Ronaldo siempre en sus recuerdos, haciendo que cada vez que patearan un tiro libre, fueran como él: ¡fuertes y seguros!

FIN.

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