El torneo de juegos venezolanos
En un pequeño pueblo de Venezuela, vivían cuatro niños llamados Santiago, Camila, Valeria y Ricardo. Eran compañeros de primer grado en la escuela "Alegría Infantil" y les encantaba jugar juntos todos los días después de clases.
Un día, durante el recreo, los niños se encontraron con una caja llena de juegos tradicionales venezolanos. Estaban emocionados por probar algo nuevo y decidieron hacerlo juntos. Entre los juegos estaban la perinola, la cuerda y la metra.
Santiago propuso empezar con la perinola. Todos se sentaron en círculo y comenzaron a lanzarla de uno a otro. Al principio les costó un poco coordinarse, pero pronto le agarraron la mano y se divirtieron mucho intentando atraparla.
"¡Qué divertido es este juego! ¡Me encanta!", exclamó Valeria emocionada. Luego decidieron jugar a la cuerda. Camila tomó un extremo, Valeria el otro y Santiago y Ricardo saltaban mientras ellas giraban la cuerda.
Fue todo un desafío coordinar los saltos al principio, pero con práctica lograron hacer acrobacias impresionantes. "¡Miren lo que puedo hacer ahora!", gritó Ricardo mientras daba vueltas en el aire. Finalmente, decidieron jugar a la metra.
Cada uno tenía su propia canica e intentaban tirar las del resto fuera del círculo dibujado en el suelo. La competencia fue reñida, pero siempre reinaba la alegría entre los amigos.
Después de un rato jugando juntos, Santiago tuvo una idea brillante: organizar un torneo con todos estos juegos para que otros niños también pudieran disfrutarlos. "¡Será genial! Podemos invitar a toda la escuela", sugirió Camila entusiasmada. Así fue como los cuatro amigos trabajaron juntos para preparar el gran evento.
Decoraron el patio con globos y pancartas coloridas anunciando el torneo de juegos tradicionales venezolanos. El día del torneo llegó y muchos niños se sumaron para participar. Santiago, Camila, Valeria y Ricardo se sentían orgullosos de haber compartido sus nuevos juegos favoritos con todos sus compañeros.
El torneo fue todo un éxito: risas, emoción y mucha diversión llenaron ese día especial en "Alegría Infantil". Los niños descubrieron lo divertido que podía ser jugar juntos al aire libre mientras conocían más sobre las tradiciones venezolanas.
Al finalizar el día, Santiago propuso algo:"¿Y si organizamos otro torneo pero esta vez invitamos a otras escuelas?"Todos estuvieron de acuerdo y así fue como aquellos cuatro amigos demostraron que compartir tradiciones puede unir corazones y crear momentos inolvidables para todos.
FIN.