El torneo de la amistad


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegría, tres amigos muy traviesos y divertidos: Josefina, Sebastián y Martina. Les encantaba pasar sus días jugando y explorando juntos, siempre en busca de nuevas aventuras.

Un día soleado de verano, los tres amigos se reunieron en el parque del pueblo con la idea de organizar un gran torneo de juegos. Josefina propuso jugar al escondite, Sebastián sugirió una carrera de obstáculos y Martina propuso un concurso de dibujo.

- ¡Qué buena idea! Vamos a divertirnos mucho hoy - exclamó Josefina emocionada. Los amigos comenzaron a jugar al escondite, corriendo entre los árboles y riendo a carcajadas cada vez que encontraban a uno de ellos escondido.

Luego se enfrentaron en la carrera de obstáculos, saltando troncos y pasando por debajo de sogas sin caerse. Finalmente llegó el turno del concurso de dibujo. Cada uno tomó papel y lápices de colores para dejar volar su imaginación.

Martina dibujó un hermoso arcoíris sobre un campo verde, Sebastián hizo un retrato detallado del perro del vecino y Josefina creó una colorida familia de pájaros cantores.

Al finalizar el concurso, decidieron mostrar sus obras al resto de los niños que estaban en el parque. Todos quedaron impresionados por la creatividad y talento de los tres amigos. Incluso algunos se animaron a unirse a ellos para seguir jugando juntos.

Esa tarde quedó marcada en la memoria de Josefina, Sebastián y Martina como una jornada llena de diversión, risas y amistad. Comprendieron que no necesitaban grandes cosas para pasarlo bien, sino simplemente estar juntos compartiendo momentos especiales.

Desde entonces, los tres amigos continuaron organizando torneos y eventos en el pueblo, incentivando a otros niños a unirse a sus juegos y actividades recreativas. Se convirtieron en referentes dentro de la comunidad por promover valores como la solidaridad, el compañerismo y la alegría.

Y así siguieron viviendo muchas más aventuras juntos, demostrando que la verdadera diversión está en disfrutar el presente junto a quienes más queremos.

Porque al final del día lo importante no son los premios ni las competencias ganadas, sino las risas compartidas y los corazones felices que perduran en el tiempo.

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