El torneo de la selva


Había una vez una expedición que se aventuró en la selva de Borneo. Esteban y Ester eran dos exploradores valientes que formaban parte del grupo.

Pero lo que no sabían es que se iban a encontrar con Tribu Iban, un grupo de guerreros conocidos por ser cortadores de cabezas. Cuando llegaron al territorio de los Iban, fueron recibidos por el jefe de la tribu.

Él les explicó que su pueblo era muy orgulloso y valoraba mucho sus tradiciones, como cortar las cabezas de sus enemigos para demostrar su valentía. Esteban y Ester se sintieron incómodos con esta práctica tan violenta, pero decidieron respetar las costumbres de los Iban y seguir adelante con la expedición.

Sin embargo, mientras caminaban por la selva, se encontraron con un grupo rival que también quería conquistar el territorio. Los Iban entraron en pánico y comenzaron a prepararse para la guerra.

Pero Esteban tuvo una idea: proponerles a los rivales competir en deportes tradicionales en lugar de luchar. Al principio los rivales se burlaron, pero finalmente aceptaron el desafío. La competencia fue reñida pero justa, y al final los rivales aceptaron pacíficamente la derrota.

Los Iban estaban sorprendidos por cómo habían resuelto el conflicto sin derramar sangre ni cortar cabezas. Fue entonces cuando el jefe entendió el mensaje: "Ser orgulloso te lleva a lo peor".

Había aprendido que no siempre es necesario recurrir a la violencia para defender lo que uno cree, y que la humildad y el respeto pueden llevar a soluciones más pacíficas. Desde ese día, los Iban dejaron de cortar cabezas y se convirtieron en una tribu más pacífica y unida.

Esteban y Ester regresaron a casa con una gran lección aprendida sobre cómo la tolerancia puede conducir a la paz.

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