El tornillo que encontró su lugar



Había una vez, en un pequeño taller de juguetes, un tornillo llamado Bender. Bender era diferente a los demás tornillos, ya que no tenía un hueco al cual pertenecer.

Todos los demás tornillos del taller tenían su lugar asignado y cumplían con su función perfectamente, pero Bender se sentía triste y perdido. Un día, mientras observaba a sus compañeros trabajar diligentemente, Bender decidió emprender un viaje en busca de su verdadero propósito.

Se despidió de todos y comenzó su aventura por el mundo. Bender recorrió diferentes lugares: fábricas de automóviles, construcciones de edificios e incluso talleres navales. Sin embargo, en cada lugar al que llegaba, descubría que no era el tornillo adecuado para ese trabajo.

Pasaron los días y las semanas sin encontrar su lugar en el mundo hasta que finalmente llegó a un hermoso parque lleno de juegos infantiles. Allí vio a unos niños jugando felices y sonrió al ver la diversión que tenían.

En ese momento, Bender notó algo curioso: uno de los columpios estaba roto. El asiento se había soltado y necesitaba ser reparado.

Sin pensarlo dos veces, se acercó al columpio y vio que había un hueco vacío donde encajar perfectamente. Con determinación en sus tuercas, Bender se ajustó bien y pronto el columpio volvió a estar como nuevo.

Los niños se acercaron corriendo para probarlo y cuando vieron a Bender allí felizmente colocado dijeron:"¡Wow! ¡Gracias por arreglar nuestro columpio!"Bender se sintió tan feliz y realizado en ese momento que supo que había encontrado su verdadero propósito. Su hueco no estaba en una fábrica o en un edificio, sino en hacer felices a los demás.

Desde ese día, Bender se convirtió en el tornillo más querido del parque. Los niños lo buscaban cuando necesitaban algún juguete arreglado y él siempre estaba dispuesto a ayudar.

Además, se hizo amigo de otros juguetes y juntos formaron un equipo para mantener el parque siempre en buen estado. La historia de Bender nos enseña que todos tenemos un lugar especial en este mundo, aunque a veces pueda llevar tiempo encontrarlo.

No importa si somos diferentes o no encajamos con lo establecido, siempre habrá alguien esperando por nosotros y necesitando nuestra ayuda. Así que recuerda, nunca te rindas en tu búsqueda por encontrar tu lugar y tu propósito.

Al igual que Bender, puedes ser la pieza perfecta para hacer del mundo un lugar mejor y más feliz.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!