El Tótem Perdido
En lo alto de los Andes peruanos, un joven llamado Wiri, de 17 años, contemplaba el horizonte desde su hogar. Había perdido a sus padres hacía un tiempo, pero siempre llevaban consigo un legado: un antiguo mapa que le habían dejado en sus últimos días. Este mapa prometía guiarlo hasta una reliquia familiar, un tótem que representaba a una majestuosa vicuña. Era el símbolo de su identidad y pertenecía a su familia desde hace generaciones.
Una mañana, decidido a encontrar el tótem y honrar la memoria de sus padres, Wiri se armó de valor y se adentró en el bosque mágico que cubría las faldas de las montañas. Sabía que no sería fácil, pero su espíritu aventurero lo motivaba.
Mientras caminaba, el sol brillaba a través de las copas de los árboles, y los sonidos de la naturaleza lo rodeaban. En su mente resonaban las palabras de su madre: "-Siempre sigue tu corazón, Wiri. La verdad siempre está a tu alcance si crees en ti mismo."
Al poco tiempo, Wiri llegó a un claro y se detuvo a observar el mapa. Pero al hacerlo, notó que había algo extraño en el aire. Las hojas comenzaron a danzar a su alrededor, como si el bosque estuviera vivo. De pronto, una pequeña criatura apareció: era un colibrí de plumas iridiscentes.
El colibrí se posó en su hombro y le dijo:
"Hola, Wiri. Soy Chiri, el guardián de este bosque. Puedo ayudarte, pero debes demostrarme que tienes un corazón valiente."
Wiri, sorprendido pero intrigado, asintió. "¡Claro! ¿Qué debo hacer?"
"Sigue el camino de piedras brillantes. Pero ten cuidado: hay una sombra que se cierne en el bosque, y no debes desviarte."
Wiri sintió un escalofrío, pero con el colibrí a su lado, se sintió más seguro. Evitó las distracciones y continuó su camino. Las piedras brillantes lo guiaban, pero de repente, escuchó un rugido.
"¿Qué fue eso?" murmuró.
Chiri se posó nuevamente en su hombro y dijo:
"Es el Guardián de la Sombra. Se alimenta de miedo. No debes dejarte ceder. Recuerda lo que te enseñaron tus padres."
Wiri tomó una profunda respiración y decidió avanzar, recordando las enseñanzas de sus padres: "-La valentía nace del amor y la esperanza. " En ese momento, sintió una oleada de confianza.
De pronto, apareció ante él una enorme figura oscura. "¡Detente, joven! ¿Por qué cruzas mi camino?" dijo la sombra con una voz profunda y resonante.
"Vengo en busca de un tótem. Mi familia lo necesita, y soy Valiente en su nombre," respondió Wiri, sin dejarse intimidar.
La sombra lo miró y se sintió intrigada. "¿Valiente, dices? Demuéstramelo. Necesitas atravesar el Lago de los Susurros. Pero ten cuidado: sólo los que tienen el corazón puro pueden cruzar."
Wiri asintió y se dirigió hacia el lago, que relucía con aguas cristalinas. Al acercarse, escuchó susurros en el aire, que parecían hablarle:
"-Recuerda lo que eres, hijo de los Andes. Tu espíritu es más fuerte que el miedo. "
Con cada paso que daba, las voces lo alentaban, y finalmente, llegó a una canoa que lo llevaría a la otra orilla. "¡Confía en ti!" exclamó Chiri, animándolo a seguir.
Cuando llegó a la otra orilla, se encontró con un hermoso paisaje lleno de flores y árboles que danzaban al viento. En el centro, había un pedestal dorado donde, según el mapa, debía hallarse el tótem. Pero cuando se acercó, vio que estaba protegido por una barrera de luz.
Wiri se tomó un momento para reflexionar. Recapituló todo lo que había aprendido en su viaje, y en voz alta, dijo: "No tengo miedo, porque el amor de mis padres me acompaña. ¡Sólo quiero honorar su memoria!"
La barrera de luz comenzó a desvanecerse, revelando el tótem de la vicuña. Con un nuevo brillo en sus ojos, Wiri tomó el tótem y, al hacerlo, sintió una conexión profunda con su herencia. Chiri se acercó y dijo:
"Lo lograste, Wiri. El verdadero valor no está en no sentir miedo, sino en actuar a pesar de él."
Wiri sonrió, agradecido por haber enfrentado sus miedos y por toda la magia que había vivido. Regresó a casa, sabiendo que el tótem representaría su valentía y el amor eterno de sus padres. Desde ese día, el bosque mágico siempre sería su hogar de aventuras, y Chiri su amigo eterno.
Y así, Wiri entendió que, a veces, el camino más peligroso puede llevar a los tesoros más grandes en nuestro corazón.
FIN.