El Trabajo de la Amistad
Era un día soleado en la Escuela Primaria del Barrio. Juan y Lucas eran inseparables. Siempre jugaban juntos, compartían secretos y se reían de cualquier cosa. Pero uno de esos días, el profesor Martínez anunció que debían hacer una presentación sobre la biodiversidad de Argentina en grupos de dos. Juan y Lucas ya estaban emocionados por trabajar juntos, pero algo inesperado sucedió.
El tímido y estudioso Tomás se acercó a Juan y le dijo:
"Juan, ¿te gustaría trabajar conmigo en el proyecto?"
Esto dejó a Juan confundido. Lucas, al verlo, cuestionó:
"¿Pero por qué, Juan? ¡Siempre trabajamos juntos!"
Juan, dudando, respondió:
"Bueno, Tomás es muy bueno en biología… tal vez podríamos hacer algo separado y cada uno a su manera."
Lucas se sintió herido y exclamó:
"¡Así que ya no querés ser mi amigo! ¡Solo te importa Tomás!"
Juan se puso a la defensiva, sin querer lastimar a Lucas.
"¡No es eso! Es solo… ¡Tomás me pide ayuda!"
Y así, la tensión creció entre ellos. Decidieron hacer el trabajo separados. Juan se juntó con Tomás y Lucas se unió a Carla, su compañera de clase. Ambas parejas comenzaron a trabajar arduamente. Sin embargo, a medida que pasaban los días, Juan empezó a sentirse extraño.
Mientras trabajaban en el proyecto, se dio cuenta de que estaba extrañando a Lucas.
"Este trabajo es interesante, pero no es lo mismo sin Lucas."
En el otro lado del salón, Lucas también sentía lo mismo. Habló con Carla:
"Estoy tan frustrado. Quiero que las cosas vuelvan a ser como antes. Extraño a Juan. Pero no sé cómo arreglarlo."
Una tarde, ambos grupos se encontraron en el parque después de la escuela. Sin quererlo, Juan y Lucas se cruzaron en el camino.
"¡Hola!" dijo Juan, intentando romper el hielo, mientras que Lucas lo miraba con desconfianza.
"Hola, no sé si te interesa, pero yo estoy trabajando en un modelo del hábitat de la selva."
Juan sintió que era una oportunidad para hacer las paces y contestó:
"Nosotros también, y creo que podríamos ayudarnos. ¡Podemos juntar nuestras ideas!"
Lucas lo pensó por un momento, lleno de dudas, pero la idea lo emocionaba.
"¿Estás seguro? No quiero que Tomás se sienta mal..."
"Tomás puede venir también. La biodiversidad es un tema grande, ¡necesitamos a todos!"
Al escuchar eso, Lucas sonrió.
"Está bien. ¿Qué te parece si nos juntamos el sábado para combinar nuestras ideas?"
Juan asintió.
"¡Por supuesto! Podemos hacer algo genial juntos como antes."
El sábado llegó y los cuatro amigos se encontraron en la casa de Juan. Trabajaron en equipo, rieron y compartieron sus conocimientos.
"¡Miren esta planta! Podemos incluirla en nuestra presentación. Es una especie nativa de la selva."
Lucas, emocionado, se unió a la idea.
"Y podemos hacer un mural. ¡Debería verse espectacular!"
La colaboración hizo que se sintieran de nuevo como un equipo, y su trabajo se convirtió en algo increíble.
Finalmente, el día de la presentación llegó. Cada grupo expuso su trabajo, pero en medio de las exposiciones, el profesor Martínez los interrumpió.
"¡Espera un momento! He pensado que dado lo bien que se han llevado, deberían unir sus presentaciones. ¡Han trabajado increíblemente!"
Y así, los cuatro amigos presentaron juntos, con una sinfonía de ideas brillantes que dejó a todos maravillados. Después de que terminaron, el profesor los felicitó:
"Lo que hicieron hoy no solo es un gran trabajo, sino que también demuestra lo que se puede lograr con la amistad y el trabajo en equipo."
Juan y Lucas se miraron y sonrieron, recordando todo lo que habían pasado.
"Lo siento, Lucas. No quise lastimarte."
"Yo tampoco, Juan. Me alegra que hayamos podido arreglarlo."
Desde ese día, su amistad se volvió aún más fuerte, y aprendieron que las diferencias se pueden resolver y que siempre es posible perdonar, sobre todo cuando se trata de amigos.
Y así, la amistad de Juan y Lucas creció con cada aventura, recordando que lo importante no solo es trabajar bien en los proyectos, sino también saber escuchar y valorar a quienes están a nuestro lado.
FIN.