El traductor valiente
Había una vez un niño llamado Tahiel que vivía en un pequeño pueblo de Argentina.
Desde muy pequeño, Tahiel había desarrollado un amor por el idioma inglés y siempre estaba contando en ese idioma todo lo que veía a su alrededor. Un día, mientras caminaba por el parque, Tahiel vio a un grupo de niños jugando fútbol.
Se acercó a ellos y les dijo: "Hello! Can I play with you?" Los niños se miraron sorprendidos y uno de ellos respondió: "Claro, pero ¿por qué hablas en inglés?"Tahiel sonrió y explicó: "Me encanta el inglés y quiero practicarlo siempre que puedo. " Los niños aceptaron felizmente la respuesta y comenzaron a jugar juntos.
A medida que pasaban los días, Tahiel se convirtió en el traductor oficial del grupo, ayudándoles a comunicarse con otros niños extranjeros que visitaban el parque. Un día, mientras jugaban fútbol como de costumbre, un extraño hombre se acercó al grupo.
Tenía una expresión triste en su rostro y parecía necesitar ayuda. El hombre hablaba otro idioma desconocido para todos los niños. Tahiel se acercó al hombre y le preguntó en inglés si necesitaba algo.
El hombre asintió con la cabeza y comenzó a hablar rápidamente en su idioma nativo. A pesar de no entenderlo completamente, Tahiel hizo todo lo posible por interpretar sus gestos e intentar descifrar lo que decía.
Después de unos minutos de esfuerzo conjunto entre Tahiel y el extraño hombre, finalmente lograron entenderse lo suficiente como para que el hombre pudiera expresar su necesidad de encontrar a su familia perdida.
Tahiel se volvió hacia sus amigos y les dijo: "¡Chicos, tenemos que ayudar a este hombre a encontrar a su familia! ¿Están listos?"Los niños asintieron emocionados y comenzaron una búsqueda por todo el pueblo. Preguntaron a cada persona que encontraban si habían visto a la familia del extraño hombre.
Tahiel actuaba como el traductor entre ellos y los vecinos, utilizando sus habilidades en inglés para comunicarse. Después de horas de búsqueda exhaustiva, finalmente encontraron a la familia del hombre en un pequeño café.
Todos estaban muy felices de reunirse nuevamente y le dieron las gracias al grupo de niños por su ayuda. El extraño hombre abrazó a Tahiel con gratitud y le dijo: "Gracias por haber sido mi traductor y por ayudarme a encontrar a mi familia.
Eres un niño muy especial. "Tahiel sonrió con orgullo mientras respondía: "Solo hice lo que me gusta hacer, contar en inglés.
¡Es increíble cómo podemos usar el idioma para unirnos y ayudarnos unos a otros!"Desde ese día, Tahiel continuó usando su amor por el inglés para ayudar a otros en situaciones similares. Se convirtió en un joven traductor reconocido en todo el país y siempre fue recordado como aquel niño valiente que usaba sus habilidades lingüísticas para marcar la diferencia.
La historia de Tahiel inspiró no solo a los niños del pueblo, sino también al resto del mundo.
Demostró que incluso siendo jóvenes, podemos hacer grandes cosas cuando seguimos nuestras pasiones y usamos nuestras habilidades para ayudar a los demás. Y así, Tahiel demostró que el amor por el idioma puede ser una herramienta poderosa para conectar a las personas y hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.