El traje del Ingeniero Supremo
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un niño llamado Marcelo. Desde pequeño, Marcelo era muy curioso y le encantaba investigar cómo funcionaban las cosas a su alrededor.
Pasaba horas leyendo libros sobre ciencia y tecnología, soñando con ser un gran inventor algún día. Sin embargo, Marcelo era bastante tímido y no se sentía muy seguro de sí mismo.
Siempre pensaba que sus ideas no eran lo suficientemente buenas o que los demás lo juzgarían si mostraba su verdadero potencial. Un día, mientras paseaba por el parque, Marcelo encontró un extraño artefacto brillante entre los arbustos. Al tocarlo, sintió una descarga de energía recorrer todo su cuerpo.
De repente, el artefacto se abrió y se transformó en un traje metálico reluciente que se adhirió a su cuerpo. - ¡Wow! ¿Qué es esto? -exclamó Marcelo sorprendido. Una voz resonó en su cabeza: "Marcelo, has sido elegido para portar el traje del Ingeniero Supremo.
Con tu inteligencia y valentía, podrás salvar al mundo de cualquier amenaza". Así fue como Marcelo se convirtió en el superhéroe conocido como El Ingeniero Supremo.
Con su traje lleno de gadgets increíbles que él mismo diseñaba e inventaba, estaba listo para enfrentarse a cualquier desafío. Una tarde soleada, la ciudad fue atacada por un malvado villano con un ejército de robots gigantes. La gente corría despavorida mientras los edificios temblaban con cada paso de las máquinas malignas.
Marcelo no dudó ni un segundo y se lanzó al rescate. Usando sus conocimientos en ingeniería y ciencia, logró hackear los sistemas de los robots y desactivarlos uno por uno.
Los habitantes de la ciudad miraban maravillados cómo El Ingeniero Supremo salvaba el día. - ¡Gracias por salvarnos! -gritaban desde abajo mientras agitaban sus manos en señal de agradecimiento. Desde ese día, El Ingeniero Supremo se convirtió en el protector oficial de Buenos Aires.
No había problema demasiado grande que él no pudiera resolver con una mezcla perfecta de inteligencia y coraje. Marcelo aprendió que no importa cuán tímido seas o qué tan inseguro te sientas; siempre hay algo especial dentro de ti esperando brillar con fuerza.
Y así siguió salvando vidas y protegiendo la ciudad con su ingenio incomparable hasta convertirse en una leyenda urbana.
FIN.