El Trato en el Bosque



Había una vez un niño llamado Mateo y su hermanita pequeña, Sofía. Un día, mientras jugaban en el bosque cercano a su casa, se desviaron del camino y se perdieron en medio de la oscuridad de la noche.

La lluvia caía fuerte sobre ellos y los truenos resonaban en el cielo. Mateo intentaba mantenerse valiente para tranquilizar a Sofía, pero por dentro también sentía miedo.

Caminaron sin rumbo durante mucho tiempo hasta que Sofía tropezó y cayó al suelo. Al levantarse, descubrió algo espeluznante: debajo de unas rocas había un monstruo feroz con garras afiladas que quería llevársela al infierno. Sofía gritó asustada mientras Mateo corría hacia ella para protegerla.

El monstruo gruñó y rugió amenazadoramente. Pero Mateo no iba a dejar que nada le pasara a su hermanita. - ¡Déjala en paz! -gritó valientemente Mateo-. No permitiré que te la lleves al infierno.

El monstruo quedó sorprendido por la valentía del niño y decidió escucharlo antes de atacar. - ¿Por qué debería dejarte llevarla? -preguntó el monstruo con voz ronca- ¿Qué harás para evitarlo? Mateo pensó rápidamente y recordó las historias que solían contarle sus padres sobre cómo enfrentar situaciones difíciles.

- Haré un trato contigo -dijo Mateo con determinación-. Si puedo responder correctamente tres preguntas tuyas, nos dejarás en paz y nos ayudarás a encontrar el camino de regreso a casa.

El monstruo aceptó el desafío y comenzó a hacerle preguntas difíciles. Mateo se esforzó al máximo para recordar todo lo que había aprendido en la escuela y respondió cada pregunta con valentía y sabiduría. Impresionado por la inteligencia y coraje del niño, el monstruo cumplió su promesa.

Les mostró el camino de vuelta a casa, asegurándose de que no se perdieran nuevamente. Desde ese día, Mateo y Sofía aprendieron una valiosa lección: nunca deben perder la esperanza incluso en los momentos más oscuros.

Aprendieron que enfrentar sus miedos con valentía y confiar en su conocimiento les permitiría superar cualquier obstáculo que encontraran en la vida. Mateo también entendió lo importante que era proteger a su hermanita y estar siempre dispuesto a ayudarla cuando ella necesitara apoyo.

Juntos, formaron un equipo inseparable capaz de enfrentarse a cualquier desafío. Y así, Mateo y Sofía regresaron sanos y salvos a casa, donde sus padres los abrazaron fuertemente.

Esta experiencia les enseñó la importancia de mantenerse juntos como familia, valorando el amor incondicional que compartían. A partir de ese día, cada vez que veían una tormenta o se encontraban con algún desafío difícil, Mateo recordaba cómo había vencido al monstruo del bosque oscuro.

Y ambos hermanitos sonreían sabiendo que siempre podrían superar cualquier adversidad juntos.

FIN.

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