El tren de la alegría
Había una vez en el hermoso pueblo de Villa Trenito, un joven llamado Josiño. Desde pequeño, Josiño soñaba con trabajar en el tren 27, el más famoso y querido por todos los habitantes del lugar.
Pero había un problema: ¡Josiño era un vago! Todos los días, mientras los demás trabajadores del tren se esforzaban para que todo funcionara correctamente, Josiño se quedaba dormido o simplemente no hacía nada. Esto causaba muchos problemas y retrasos en la estación.
Un día, el jefe del tren 27 decidió hablar seriamente con Josiño:- ¡Josiño! -exclamó el jefe-. Estoy muy decepcionado contigo.
Todos tus compañeros trabajan duro para mantener este tren en funcionamiento, pero tú siempre te duermes o te distraes. No puedo permitir que sigas así. Josiño bajó la cabeza avergonzado y susurró:- Lo siento mucho señor jefe. No sé qué me pasa, no puedo concentrarme ni motivarme para trabajar.
El jefe pensó durante unos segundos y luego dijo:- Josiño, creo que necesitas encontrar tu verdadera pasión en la vida. Cuando haces algo que realmente te gusta, todo cambia.
Josiño no entendía bien a qué se refería su jefe, pero decidió seguir su consejo y buscar aquello que le apasionara. Así comenzó la travesía de Josiño por descubrir su verdadero talento.
Probó muchas cosas diferentes: pintar cuadros, tocar instrumentos musicales e incluso intentó ser chef de cocina; pero ninguna de estas actividades llenaba su corazón de alegría. Un día, mientras caminaba cerca del parque de Villa Trenito, Josiño escuchó una melodía hermosa que provenía de un rincón. Se acercó y vio a un grupo de niños cantando y bailando con mucha alegría.
- ¡Qué lindo! -exclamó Josiño-. Me encanta la música y el baile. Tal vez eso sea lo que me apasiona. Desde ese momento, Josiño decidió aprender a cantar y bailar.
Se inscribió en clases de canto y danza, practicaba todos los días con entusiasmo y dedicación. Poco a poco, su talento fue creciendo y se convirtió en un excelente cantante y bailarín.
Un día, cuando el tren 27 estaba por partir hacia su destino, Josiño se acercó al jefe:- Señor jefe -dijo emocionado-, he descubierto mi pasión: la música y el baile. Creo que puedo ser útil si me permites formar parte del entretenimiento en el tren 27.
El jefe sonrió al ver la determinación en los ojos de Josiño:- Está bien, Josiño. Te daré una oportunidad. Pero recuerda, debes esforzarte al máximo para cumplir con tus nuevas responsabilidades.
Josiño asintió emocionado y subió al tren junto a los demás artistas para brindar un espectáculo inolvidable a todos los pasajeros. Cantaba canciones divertidas y animadas mientras bailaba con energía contagiosa. Los pasajeros quedaron maravillados por el talento de Josiño y su alegría se contagió a todos.
El tren 27 se convirtió en el más popular de todos, gracias al entretenimiento único que ofrecía. Josiño aprendió una valiosa lección: cuando encuentras tu verdadera pasión y te esfuerzas por alcanzarla, puedes convertirte en la mejor versión de ti mismo y hacer felices a los demás.
Desde aquel día, Josiño siguió trabajando duro en el tren 27, pero ahora lo hacía con entusiasmo y dedicación.
Se convirtió en un ejemplo para todos, demostrando que cada uno tiene un talento especial dentro de sí esperando ser descubierto. Y así, Villa Trenito nunca volvió a tener problemas con retrasos ni vagos trabajadores. Todos aprendieron que encontrar nuestra pasión nos hace sentir vivos y nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos.
FIN.