El tren de la amistad


. Era un niño muy curioso y siempre se quedaba observando los trenes por horas. Un día, mientras estaba en la estación, notó que un señor mayor estaba sentado solo en una banca.

"Hola, ¿cómo estás?", preguntó Jualian. "Bien, gracias", respondió el señor con una sonrisa. "¿Vienes a ver los trenes también?", preguntó Jualian emocionado. "Sí, me encanta verlos pasar", dijo el señor.

Jualian se sentó al lado del señor y comenzaron a hablar sobre los trenes. El señor le contó historias de cuando era joven y trabajaba en la estación de trenes como maquinista. Jualian estaba fascinado con cada palabra que decía el hombre mayor.

De repente, escucharon un ruido fuerte y vieron que uno de los trenes había descarrilado cerca de ellos. La gente comenzó a correr en todas direcciones para ponerse a salvo. Jualian y el hombre mayor se miraron asustados sin saber qué hacer.

Pero entonces, recordaron algo importante: "¡Hay que llamar a emergencias!", dijeron al mismo tiempo. Jualian corrió hacia la oficina de seguridad mientras que el hombre mayor intentaba tranquilizar a las personas asustadas alrededor del lugar del accidente.

Con la ayuda de ambos, lograron llamar rápidamente a emergencias y asegurarse de que todos estuvieran bien atendidos hasta su llegada. Después del incidente, Jualian se dio cuenta de lo importante que es estar preparado para cualquier situación imprevista.

Aprendió también sobre la importancia de ayudar a las personas que lo necesitan y de trabajar en equipo.

Desde ese día, Jualian siguió visitando la estación de trenes todos los días, pero ahora también se aseguraba de estar atento a su alrededor para ayudar en caso de emergencia. Y aunque seguía siendo un fanático de los trenes, había aprendido una valiosa lección sobre la importancia del servicio a la comunidad.

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