El tren de la felicidad de Sofía



Había una vez una chica llamada Sofía, que vivía lejos de su familia y soñaba con regresar a casa para pasar la Navidad juntos.

Había estado ahorrando durante todo el año para comprar su pasaje de avión y por fin llegó el día en que partió hacia su destino. - ¡Estoy tan emocionada por volver a ver a mi familia en Navidad! - exclamaba Sofía mientras esperaba ansiosa abordar el avión.

Pero, justo cuando estaba a punto de subir al avión, se dio cuenta de que había perdido su boleto. Entró en pánico y buscó desesperadamente por todas partes, pero no logró encontrarlo.

El avión despegó sin ella y Sofía se quedó sola en el aeropuerto, sintiéndose triste y desanimada. - ¿Qué voy a hacer ahora? No quiero pasar la Navidad lejos de mi familia - pensaba Sofía con lágrimas en los ojos. Decidió no rendirse y buscar una solución.

Se acercó al mostrador de atención al cliente y explicó lo sucedido. La amable señorita le dijo que todos los vuelos estaban completos debido a las fiestas navideñas, pero que podían ayudarla a encontrar una alternativa.

- ¡No te preocupes, encontraremos una manera para que puedas llegar a tiempo para Navidad! - le dijo la señorita con una sonrisa reconfortante. Sofía siguió sus consejos y aceptó cualquier opción disponible. Finalmente, consiguió un asiento en un tren que partiría esa misma noche hacia su destino.

Aunque no era lo ideal, estaba feliz de tener la oportunidad de reunirse con su familia.

El viaje en tren fue largo y cansado, pero Sofía se mantuvo positiva recordando lo importante que era estar junto a sus seres queridos en Navidad. Con cada kilómetro que avanzaba, sentía cómo la emoción crecía dentro de ella. Al fin llegaron las primeras luces del amanecer el día de Nochebuena.

Sofía bajó del tren y corrió hacia la terminal donde finalmente se reencontraría con su familia. Al abrir la puerta, vio las caras sonrientes de sus padres y hermanos esperándola con los brazos abiertos. - ¡Feliz Navidad! - gritaron todos emocionados al verla llegar sana y salva.

Sofía sintió una cálida sensación de felicidad al abrazar a cada uno de ellos. Compartieron risas, historias y mucha comida deliciosa durante toda la noche.

Se dieron cuenta de que lo más importante no era el medio por el cual llegara sino estar juntos como familia en esa época especial del año. Desde ese día, Sofia aprendió que siempre hay soluciones incluso cuando las cosas parecen complicadas; solo hace falta perseverancia y mantenerse positivo frente a los obstáculos.

Y así fue como aquella Navidad se convirtió en un recuerdo inolvidable lleno de amor familiar para Sofía.

FIN.

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