El tren de los deseos valientes
Había una vez en un hermoso pueblo llamado Villa Alegre, donde todo era paz y armonía. En este lugar mágico vivían tres amigos inseparables: Lucas, Martina y Benjamín.
Lucas era un niño curioso y aventurero, a Martina le encantaba la naturaleza y los animales, y Benjamín siempre estaba inventando historias divertidas. Un día, mientras paseaban por el parque del pueblo, se encontraron con un viejo árbol que parecía tener algo especial.
Se acercaron a él y escucharon una suave voz que les susurraba al oído: "En lo más profundo del bosque se esconde un misterio que solo los corazones valientes podrán descubrir". Los tres amigos se miraron emocionados y decidieron emprender juntos esta nueva aventura.
Se dirigieron hacia el bosque, siguiendo las indicaciones del árbol sabio. Caminaron durante horas hasta llegar a una casa abandonada en medio del bosque.
Al entrar en la casa, descubrieron que era como un museo lleno de objetos antiguos y polvorientos. De repente, escucharon un ruido proveniente del sótano. Con valentía, bajaron las escaleras y encontraron un viejo tren rodeado de luces brillantes. "¡Increíble! ¡Es un tren mágico!", exclamó Martina emocionada.
Sin dudarlo, subieron al tren y este comenzó a moverse lentamente por los rieles oxidados. Atravesaron túneles oscuros, pasaron por puentes altos sobre ríos cristalinos y finalmente llegaron a un hermoso jardín lleno de flores de colores vibrantes.
Allí encontraron a una hada anciana que les dijo: "Han demostrado su valentía al llegar hasta aquí. Como recompensa, cada uno de ustedes podrá pedir un deseo".
Lucas pidió poder viajar por el mundo entero para conocer nuevas culturas; Martina deseó que todos los seres vivos fueran respetados y protegidos; Benjamín quiso seguir contando historias increíbles para inspirar a otros niños. La hada sonrió con ternura y concedió sus deseos antes de desaparecer entre destellos dorados.
El tren volvió a llevarlos de regreso al pueblo, donde contaron su increíble aventura a todos los habitantes de Villa Alegre.
Desde ese día, Lucas siguió explorando el mundo conociendo personas maravillosas; Martina se convirtió en defensora de la naturaleza creando reservas para animales en peligro; Benjamín escribió libros que inspiraban a niños de todas partes. Y así fue como tres amigos descubrieron que la verdadera magia está en el valor de seguir nuestros sueños y en la amistad sincera que nos impulsa a alcanzarlos.
Juntos habían encontrado el tesoro más preciado: el poder transformador de sus propios corazones.
FIN.