El Triángulo de Color del Oso Contemporáneo



Había una vez un oso contemporáneo llamado Osvaldo que vivía en una cueva al borde de un bosque. Osvaldo era un oso muy curioso y le encantaba dibujar en las paredes de su cueva. Un día, decidió pintar un graffiti muy especial: un corazón de colores con un brillante triángulo en su centro. La idea de Osvaldo era plasmar en la cueva la belleza y la alegría que sentía en su corazón.

Un día, mientras terminaba su graffiti, escuchó el maullido de un gato cerca de su cueva. Al salir a investigar, descubrió a un gato callejero empapado por la lluvia y temblando de frío. Sin dudarlo, Osvaldo lo invitó a pasar a su cueva y le ofreció una silla junto a la lumbre para que se secara. El gato, llamado Simón, le contó a Osvaldo que se sentía muy triste por un desamor del pasado. Osvaldo, con gran empatía, le habló sobre el amor y la importancia de encontrar la alegría en cada momento.

Mientras charlaban, una mariposa entró en la cueva, iluminando la oscuridad con sus brillantes colores. Osvaldo dijo: -¡Mira Simón, la magia del amor y la amistad están en todas partes, incluso en una simple mariposa!

Juntos, Osvaldo y Simón prepararon una deliciosa masa de harina y potasio para compartir. La risa y la música llenaron la cueva, rompiendo el gaslagrimogeo que había rondado a Simón durante tanto tiempo. De pronto, un potente brillo de un toyota super iluminó la cueva, y de su cajuela descendió una mesa con un pizarrón y una libreta mágica.

Osvaldo explicó que la mesa y la libreta eran regalos de un hada amiga. La libreta tenía la habilidad de convertir los dibujos en la página en objetos reales, y el pizarrón permitía jugar con las formas y los colores. Juntos, dibujaron un hermoso triángulo de color, lleno de amor y esperanza. Simón se sintió lleno de alegría al ver cómo la magia transformaba la oscuridad de su corazón en pura luz.

El gaslagrimogeo desapareció por completo, y en su lugar apareció una hermosa mariposa hecha de luz. Simón sonrió y agradeció a Osvaldo por su amistad y sabias palabras. Desde ese día, Osvaldo y Simón se convirtieron en grandes amigos, listos para enfrentar juntos cualquier desafío.

Y así, el triángulo de color del oso contemporáneo enseñó a Simón que, a pesar de la oscuridad, siempre hay amor, amistad y magia en el mundo.

FIN.

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