El Triángulo de la Amistad



En un tranquilo pueblo donde el sol siempre brillaba, vivía una chica llamada Amy Rose. Con su cabello rosa y su hermosa sonrisa, siempre alegraba el día de quienes la rodeaban. Era conocida por su amabilidad y su gran corazón. Entre sus amigos estaba Black, un joven de pelo negro, músculos fuertes y ojos rojos llenos de valentía. Black siempre había sentido una profunda admiración por Amy, pero nunca se atrevió a confesarle sus sentimientos.

Un día, mientras Amy y Black paseaban por el parque, se encontraron con Gojo, un chico de pelo plateado y ojos azules brillantes, que recién se había mudado al pueblo. Gojo era igualmente fuerte, pero su personalidad era un poco más despreocupada y juguetona.

"Hola, Amy. ¡Me encantaría mostrarte un truco de acrobacias!" - exclamó Gojo, lanzándose en una voltereta que dejó a todos asombrados.

"¡Impresionante!" - respondió Amy, aplaudiendo con alegría. "¡Hacelo otra vez!"

Black observaba desde un lado. Se sentía un poco celoso, pero al mismo tiempo, admiraba la alegría que Gojo traía a la vida de Amy.

La amistad entre los tres floreció rápidamente. Pasaban días enteros explorando el pueblo y compartiendo risas. Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba, Amy se dio cuenta de que también tenía sentimientos por Gojo. Esto la confundió bastante, ya que no quería herir los sentimientos de Black, quien estaba muy interesado en ella.

Una tarde, mientras estaban sentados en el campo, Amy decidió hablar. "Chicos, hay algo que necesito contarles..."

Ambos se dieron vuelta, ansiosos.

"Me gusta pasar tiempo con ustedes y al mismo tiempo me siento confundida porque los quiero a los dos de una manera especial."

Black se quedó en silencio, su corazón se estrujaba un poco. "Amy, yo..." - comenzó a decir, pero Gojo lo interrumpió.

"Es normal sentirse así, Amy. A veces, el amor es complicado. Lo importante es que sepas lo que sientes y que se lo digas a quien necesitas."

Dándose cuenta de que el amor no tenía por qué ser algo doloroso, Amy respiró hondo y continuó. "Siento que puedo ser feliz con ambos, pero no quiero que esto arruine nuestra amistad."

En ese momento, los tres decidieron que lo más importante era su amistad. Se prometieron que cualquier forma de amor que surgiera no debería dañar su vínculo.

Así, comenzaron a descubrir juntos su conexión especial y cómo podían apoyarse unos a otros. Black y Gojo se volvieron buenos amigos y juntos respetaron los sentimientos de Amy.

Con el paso del tiempo, Amy comprendió que el amor podía manifestarse de diferentes formas. Mientras que su corazón se sentía atraído por ambas personalidades, se dio cuenta de que su amistad era el amor más puro que podía tener con ellos.

Un día, Black le comentó a Amy. "A veces hay que dejar ir lo que queremos más, para que otros sean felices. Y por eso, estaré aquí siempre apoyándote, sea quien sea el afortunado."

Gojo, con su mirada juguetona, dijo. "Eso es lo genial de ser amigos. Siempre podemos apoyarnos sin importar lo que pase. Lo importante es disfrutar juntos."

Y así, entre risas y aventuras, los tres encontraron la forma de amarse sin que eso arruinara su valiosa amistad. En un mundo donde los sentimientos pueden ser difíciles de entender, aprendieron que la amistad puede fluir en presencia del amor y que, en última instancia, lo que cuenta es el apoyo incondicional.

Desde entonces, el pueblo siempre sonrió al ver a Amy, Black y Gojo juntos, recordándoles que el amor verdadero puede ser tan diverso como un arcoíris, pero que la amistad siempre será el color más brillante.

FIN.

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