El triángulo valiente


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Geometría, un triángulo llamado Triqui. Triqui era un triángulo muy especial, ya que no tenía todos sus lados iguales como los demás triángulos del lugar.

Esto hacía que se sintiera diferente y muchas veces triste. Un día soleado, mientras Triqui caminaba por el parque pensando en su diferencia, se encontró con Ciro, un círculo muy simpático y amigable.

Ciro notó la tristeza de Triqui y decidió acercarse para preguntarle qué le ocurría. "Hola Triqui, veo que estás algo triste ¿qué te pasa?" - preguntó Ciro con una sonrisa. Triqui suspiró y respondió: "Siempre me siento diferente a los demás triángulos porque mis lados no son iguales.

Me gustaría ser como ellos". Ciro lo miró comprensivo y le dijo: "Triqui, cada uno de nosotros es único y especial a nuestra manera. Tus lados diferentes te hacen destacar entre los demás triángulos.

No debes sentirte mal por eso". Triqui reflexionó sobre las palabras de Ciro y poco a poco comenzó a aceptarse tal como era. Decidió aprender más sobre su forma triangular única y cómo podía aprovecharla al máximo.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano al pueblo, Triqui se encontró con Tita, una tortuga sabia que había vivido allí durante muchos años. "Hola Tita", saludó entusiasmado Triqui.

"Me gustaría aprender más sobre mi forma triangular única ¿podrías ayudarme?"Tita asintió con una sonrisa y comenzó a enseñarle a Triqui sobre los ángulos y las propiedades especiales de los triángulos. A medida que Triqui aprendía, se daba cuenta de lo especial que era su forma.

Un día, mientras caminaban por el bosque, escucharon un ruido extraño proveniente del lago. Al acercarse, descubrieron que había un pequeño patito atrapado en unas ramas. "¡Ayuda! ¡No puedo salir de aquí!" - gritó el patito desesperado.

Sin pensarlo dos veces, Triqui utilizó sus lados diferentes para formar una rampa y así ayudar al patito a escapar del agua. El patito estaba tan agradecido que no dejaba de dar vueltas alrededor de Triqui y Ciro.

A partir de ese momento, la noticia del heroísmo de Triqui se extendió por todo Geometría. Todos los habitantes reconocieron la valentía y utilidad de tener un triángulo con lados diferentes en su comunidad.

Triqui se dio cuenta de que su forma única le permitía hacer cosas increíbles y ser útil para los demás. Ya no se sentía diferente ni triste, sino orgulloso de ser quien era. Desde ese día en adelante, Triqui siguió ayudando a todos aquellos que necesitaban su forma triangular especial.

Y cada vez que alguien veía un triángulo con lados diferentes, recordaban la historia inspiradora de Triqui y valoraban la importancia de aceptarse tal como uno es.

Y así termina esta historia infantil inspiradora donde aprendimos junto a Triqui la importancia de aceptarnos tal como somos y aprovechar nuestras características únicas para hacer del mundo un lugar mejor.

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