El trío vial
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, un grupo de amigos llamados Mateo, Sofía y Lucas. Ellos eran muy curiosos y siempre estaban buscando nuevas aventuras.
Un día, mientras caminaban por la calle, escucharon un ruido fuerte y vieron luces parpadeantes a lo lejos. - ¡Vamos a ver qué está pasando! - exclamó Mateo emocionado. Se acercaron corriendo al lugar del ruido y se encontraron con una gran intervención policial en el tránsito.
Había varios autos detenidos y los policías estaban dirigiendo el tráfico para que todo volviera a la normalidad. - ¡Qué emoción! Nunca habíamos visto algo así - dijo Sofía asombrada.
Los tres amigos se quedaron observando cómo los policías trabajaban en equipo para mantener ordenada la calle. Pero entonces, notaron algo extraño. Uno de los conductores estaba discutiendo con uno de los agentes. - ¿Qué creen que estará pasando? - preguntó Lucas intrigado. Decidieron acercarse para averiguarlo.
Cuando llegaron, escucharon al conductor decir:- ¡No puedo creerlo! Me multaste por exceso de velocidad cuando ni siquiera iba rápido. El agente intentaba explicarle las razones de su multa, pero el conductor parecía estar muy alterado y no quería entender.
- Creo que podemos ayudar - susurró Mateo a sus amigos. Los tres amigos se acercaron al conductor y le dijeron:- Disculpe señor, pero nosotros vimos lo sucedido desde lejos y podemos confirmar que iba a exceso de velocidad.
El conductor los miró sorprendido y luego bajó la cabeza avergonzado. - Lo siento, no debí discutir con el oficial. Fue un error de mi parte y me arrepiento - dijo el conductor con humildad.
Los amigos sonrieron al ver que el conductor había reconocido su error. El agente, agradecido por su ayuda, decidió darle una segunda oportunidad al conductor y le retiró la multa. - ¡Gracias chicos! Ustedes demostraron ser buenos ciudadanos al decir la verdad - expresó el agente.
Después de ese incidente, Mateo, Sofía y Lucas se dieron cuenta de lo importante que es respetar las reglas de tránsito para mantener segura a toda la comunidad.
Decidieron crear un proyecto en su escuela para enseñarles a sus compañeros sobre la importancia del orden en las calles. Juntos organizaron charlas educativas donde compartían consejos sobre cómo cruzar correctamente las calles, respetar los semáforos y conducir responsablemente cuando fueran mayores.
También realizaron actividades divertidas como pintar señales de tránsito en el patio de la escuela y jugar juegos didácticos relacionados con el tema. Poco a poco, sus compañeros comenzaron a entender la importancia del orden en las calles y se comprometieron a ser conductores responsables en el futuro.
La intervención policial que habían presenciado había sido una experiencia transformadora para ellos, ya que les enseñó que todos podemos hacer nuestra parte para mejorar nuestro entorno.
Desde aquel día, Mateo, Sofía y Lucas continuaron trabajando juntos para promover una ciudad más segura y ordenada. Y así, con su amistad y compromiso, lograron inspirar a muchos otros a ser mejores ciudadanos en el tránsito.
FIN.