El truco de la señora amable
Había una vez un niño llamado Tomás que estaba caminando por la calle cuando de repente, pisó algo blando y pegajoso.
Al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que había pisado caca de perro y no sabía cómo eliminarla de la suela de su zapato. -¡Qué asco! -exclamó Tomás mientras intentaba limpiar su zapato con hojas y pasto. Pero nada funcionaba y el olor era cada vez más fuerte.
Tomás se sentía desesperado y triste porque pensaba que tendría que caminar así todo el día. De repente, apareció una señora mayor muy amable que se acercó a él. - ¿Qué te pasa, pequeño? -preguntó ella con una sonrisa en el rostro.
-Pisé caca de perro y no sé cómo sacarla -respondió Tomás avergonzado. La señora lo miró con ternura y le dijo:-No te preocupes, yo tengo la solución perfecta para ti. Ven conmigo.
Tomás siguió a la señora hasta su casa donde ella le mostró un recipiente lleno de agua jabonosa caliente. Luego, le enseñó cómo sumergir su zapato dentro del recipiente mientras frotaba cuidadosamente la suela con una esponja.
Después de unos minutos, la señora sacó el zapato del agua y lo secó cuidadosamente con una toalla limpia. El olor había desaparecido por completo y Tomás se sintió aliviado al ver que ya no tenía caca en su zapato. -Gracias por ayudarme -dijo Tomás emocionado-.
Pero, ¿cómo sabías cómo limpiar mi zapato? La señora sonrió y le respondió:-Hace muchos años, cuando era una niña como tú, pisé caca de perro y también me sentí muy avergonzada.
Pero mi abuela me enseñó este truco para limpiar los zapatos y desde entonces nunca más he tenido ese problema. Tomás se sintió agradecido por la ayuda que recibió de la señora y aprendió una valiosa lección: nunca hay que tener miedo de pedir ayuda cuando nos encontramos en situaciones difíciles.
Además, aprendió un truco muy útil para eliminar la caca de perro de sus zapatos. A partir de ese día, Tomás se aseguró siempre de mirar hacia donde caminaba para evitar caer en otra situación similar.
Y así fue como Tomás aprendió a resolver un problema aparentemente difícil gracias a la ayuda desinteresada de una amable desconocida.
FIN.