El truco olvidado de Memo y Lola


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, donde todos los niños y niñas esperaban con ansias el espectáculo del Payaso Memo.

Memo era conocido por ser el payaso más divertido y talentoso de la región, además de ser un excelente mago. Un día, Memo decidió hacer un show especial en la plaza del pueblo para celebrar su cumpleaños.

Todos los habitantes se prepararon para disfrutar de las increíbles habilidades de Memo, quien comenzó su espectáculo haciendo aparecer flores de colores y conejos traviesos que hacían reír a todos.

- ¡Bienvenidos, queridos amigos! Hoy es un día muy especial para mí, así que quiero compartir mi alegría con todos ustedes -dijo Memo con una gran sonrisa mientras hacía malabares con pelotas brillantes. Los niños y niñas no podían contener la emoción al ver tantos trucos sorprendentes y divertidos.

Sin embargo, algo inesperado sucedió durante el show: Memo olvidó uno de sus trucos más importantes, el truco de desaparecer a un elefante imaginario. - ¡Oh no! Parece que mi memoria me ha jugado una mala pasada. No recuerdo cómo hacer desaparecer al elefante -exclamó Memo preocupado.

Los niños empezaron a murmurar entre ellos, algunos decepcionados por el error del payaso. Pero entonces, una niña llamada Lola se acercó al escenario con una gran sonrisa en su rostro.

- ¡No te preocupes, Memo! Yo sé cómo ayudarte a recordar el truco del elefante -dijo Lola con entusiasmo. Memo miró a Lola asombrado por su valentía y confianza. Juntos se pusieron manos a la obra para recrear el truco perdido.

Con la ayuda de Lola y siguiendo las indicaciones del público, Memo logró hacer desaparecer al elefante imaginario entre risas y aplausos. - ¡Increíble! Gracias a la ayuda de nuestra amiga Lola pudimos completar nuestro maravilloso show.

Nunca olvidaré este momento tan especial -declaró Memo emocionado mientras abrazaba a Lola frente a toda la audiencia. Desde ese día en adelante, Memo aprendió la importancia de trabajar en equipo y nunca dudar en pedir ayuda cuando lo necesitara.

Los niños y niñas del pueblo siempre recordaron aquel espectáculo como uno lleno de magia, diversión y sobre todo amistad. Y así, el Payaso Memo continuó llevando alegría a cada rincón de Alegría junto a sus fieles amigos que siempre le recordaban lo valioso que era contar con alguien como Lola en su vida.

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