El trueque creativo de Yara y Taita
En lo profundo de las montañas de Culta Muisca, en Colombia, vivían los pequeños artesanos Yara y Taita. Ellos se dedicaban a la alfarería, el comercio y el trueque en su comunidad.
Un día, decidieron cambiar un poco sus rutinas y aventurarse en nuevos intercambios. Un amanecer, Yara despertó con una brillante idea: intercambiar sus hermosas mantas pintadas por sal con los agricultores del pueblo.
"¡Taita, Taita! ¡Hoy vamos a cambiar nuestras mantas por sal! Será algo diferente y emocionante", exclamó Yara emocionada. Taita asintió con entusiasmo y juntos emprendieron el camino hacia los campos agrícolas. Al llegar, fueron recibidos cálidamente por los agricultores que quedaron maravillados con las coloridas mantas de Yara.
En poco tiempo, lograron hacer el trueque y regresaron a su hogar cargados de sacos de sal. Pero la sorpresa no terminaba allí.
Mientras Yara y Taita trabajaban en la elaboración de nuevas cerámicas con la sal obtenida, llegó una caravana de comerciantes ambulantes ofreciendo hilado y tejido a cambio de algunas piezas de cerámica. "¡Qué oportunidad tan maravillosa!", dijo Taita emocionado.
Decidieron aceptar la propuesta y pronto se encontraron inmersos en la creación de hermosas piezas de cerámica para intercambiarlas por hilado y tejido. La noticia corrió rápidamente por toda la comunidad y todos esperaban ansiosos ver las nuevas creaciones de Yara y Taita. Finalmente, llegó el día del intercambio.
Los comerciantes quedaron impresionados con las habilidades artísticas de los pequeños artesanos y les ofrecieron una gran cantidad de hilado y tejido a cambio de sus preciosas cerámicas.
La alegría invadió el corazón de Yara y Taita al ver todo lo que habían logrado gracias a su creatividad e ingenio. Desde ese día, Yara y Taita continuaron explorando nuevas formas de intercambio en Culta Muisca, inspirando a otros miembros de la comunidad a seguir buscando alternativas creativas para fortalecer el comercio local.
Juntos demostraron que con esfuerzo, perseverancia e imaginación se pueden alcanzar grandes cosas. Y así, entre risas y abrazos, Yara y Taita celebraron su éxito mientras planeaban cuál sería su próxima aventura en el fascinante mundo del trueque en Culta Muisca.
FIN.