El tucán que buscaba sus colores



En la selva tropical vivía un tucán llamado Tito. A diferencia de otros tucanes, Tito no era de colores brillantes. Su plumaje era de un negro profundo, sin el brillo característico de las hermosas aves de su especie.

Tito se sentía triste al ver a los demás tucanes con sus vivos colores y anhelaba tener un plumaje similar. Un día, Tito decidió emprender un viaje en busca de los colores que tanto deseaba.

"¿Adónde vas, Tito?" le preguntó su amiga la manzana. "Voy en busca de mis colores", respondió Tito con determinación. Así, Tito emprendió su viaje dejando la selva atrás. En su camino, Tito conoció a una simpática palta llamada Paloma.

"¿Por qué tienes esa carita triste, Tito?" inquirió Paloma. "Porque mi plumaje es tan oscuro que me siento diferente a los demás tucanes", suspiró Tito. "No te preocupes, amigo. Yo conozco a alguien que puede ayudarte", aseguró Paloma.

Juntos, Tito y Paloma se adentraron en el misterioso bosque de las frutas, donde conocieron al sabio naranja Nicolás. "Sabio Nicolás, ¿puede ayudar a Tito a encontrar sus colores?" preguntó Paloma.

"Claro que sí, pero primero debes entender que tus colores no se encuentran en tu plumaje, sino en tu interior", explicó Nicolás. "¿En mi interior?" se sorprendió Tito. "Así es. Todos llevamos colores de amor, amistad, valentía y bondad en nuestro interior. Estos son los colores que realmente importan", reveló Nicolás.

Con el consejo del sabio naranja, Tito comprendió que la verdadera belleza se encontraba en su corazón y en sus acciones. Regresó a la selva con una nueva perspectiva, dispuesto a compartir los colores de su amor, amistad, valentía y bondad con todos los que encontrara.

Desde entonces, el plumaje de Tito ya no importaba, ya que su verdadera brillantez residía en su interior.

FIN.

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