El tutor mágico de Tomás

Había una vez un niño llamado Tomás que estaba en tercer grado de primaria y no le gustaba practicar las tablas de matemáticas. Él prefería jugar con sus amigos o ver televisión en lugar de hacer ejercicios.

Un día, la maestra les dio una tarea especial: aprenderse todas las tablas del 1 al 10 para el examen final del trimestre. Tomás se sintió abrumado y no sabía cómo empezar a estudiar.

"No quiero hacer esto, es muy difícil", se lamentó Tomás ante su madre después de la escuela. "Entiendo que puedas sentirte frustrado, pero si practicas un poco cada día, te resultará más fácil", respondió su madre con calma. Pero Tomás seguía renuente a estudiar.

Así que su madre decidió buscar ayuda externa y encontró a un tutor llamado Martín. Martín era joven y divertido, lo que hizo que Tomás se sintiera más cómodo al momento de aprender.

"¿Quieres saber cuál es mi secreto para aprender las tablas?", preguntó Martín sonriendo. "¡La música!"Y así comenzaron a cantar juntos las tablas de multiplicar al ritmo de canciones pegajosas. Pronto, Tomás descubrió que aprendía rápido mientras cantaba y bailaba.

Sin embargo, cuando llegó el examen final del trimestre, Tomás tuvo un bloqueo mental y olvidó algunas respuestas importantes. Se sintió muy mal por haber fallado después de tanto esfuerzo. —"Tranquilo" , dijo Martín tratando de consolarlo.

"A veces nos ponemos nerviosos en los exámenes, pero eso no significa que no sepas las respuestas. Vamos a practicar más para el próximo examen".

Y así fue como Tomás aprendió una lección importante: la perseverancia y la práctica constante son clave para alcanzar nuestras metas. Con el tiempo, Tomás se convirtió en un experto en las tablas de multiplicar y hasta comenzó a enseñárselas a sus amigos de manera divertida y creativa.

Ya no era un nene que no quería practicar las tablas de matemáticas, sino todo lo contrario: se había convertido en un chico seguro y confiado en su habilidad para resolver problemas matemáticos. .