El último día de clases



Era el último día de clases y la maestra Lola estaba un poco preocupada. Había sido un año difícil con sus cuatro traviesos alumnos: Luisito, Martincito, Juanito y Mariela.

A pesar de sus travesuras, la maestra Lola sabía que cada uno de ellos tenía un corazón de oro. Decidió preparar una sorpresa especial para ellos. -¡Buenos días, chicos! Hoy es nuestro último día juntos, así que pensé en hacer algo diferente.

Vamos a organizar un picnic en el parque para celebrar lo mucho que han aprendido este año. Los niños se emocionaron con la idea y ayudaron a preparar la merienda. Mientras caminaban hacia el parque, Luisito recordó algo.

-¡Maestra Lola, me olvidé de traer la pelota para jugar! La maestra sonrió y sacó una pelota de su bolso. -No te preocupes, Luisito. ¡Aquí la tengo! En el parque, los niños corrieron, jugaron, rieron y compartieron hermosos momentos juntos.

La maestra Lola les recordó lo importantes que eran la amistad y el trabajo en equipo. -Chicos, cada uno de ustedes es único y especial. Juntos formamos un equipo increíble, y estoy muy orgullosa de todo lo que han logrado este año.

Cuando regresaron al aula, la maestra Lola les entregó a cada uno un diploma simbólico por su dedicación y esfuerzo. Los niños se abrazaron emocionados, sabiendo que siempre recordarían ese día. Al despedirse, Mariela le entregó a la maestra Lola un dibujo que había hecho especialmente para ella.

-Maestra Lola, este dibujo es para que nunca se olvide de nosotros. ¡Gracias por todo! La maestra, emocionada, abrazó a Mariela y a los demás niños.

Aquel último día de clases les dejó a todos un hermoso recuerdo de amistad, compañerismo y gratitud.

FIN.

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