El último día en la escuela Rayito de Sol
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza una escuela muy especial llamada "Rayito de Sol". En esta escuela, la profesora Ana María enseñaba a 13 alumnos muy traviesos y curiosos.
Durante tres años, compartieron risas, aprendizajes y aventuras inolvidables. La profesora Ana María era cariñosa y dedicada, siempre buscando formas creativas de enseñar a sus alumnos.
Los niños, por su parte, eran muy unidos y se apoyaban mutuamente en cada desafío que enfrentaban en el aula. Un día soleado de primavera, la profesora reunió a todos los niños en el patio para anunciarles algo importante. Con una sonrisa emotiva en el rostro les dijo: "Queridos alumnos, ha llegado el momento de despedirnos.
Ha sido maravilloso ver cómo han crecido y aprendido juntos durante estos tres años". Los niños se miraron entre ellos con sorpresa y tristeza.
Martina levantó la mano y preguntó con voz temblorosa: "-¿Por qué nos tenemos que separar, profe?". La profesora Ana María se agachó para estar a la altura de los niños y les explicó con ternura: "-Es parte de la vida, queridos. Ustedes están listos para seguir adelante y enfrentar nuevos desafíos.
Siempre llevarán un pedacito del "Rayito de Sol" en sus corazones". Los niños asintieron con comprensión pero aún estaban melancólicos por tener que decir adiós.
Fue entonces cuando la profesora propuso algo inesperado: organizaron una última aventura juntos antes de despedirse. Decidieron hacer una excursión al bosque cercano donde jugaron, rieron y compartieron momentos mágicos como si el tiempo se detuviera. Mientras caminaban entre los árboles, Mateo exclamó emocionado: "-¡Nunca olvidaremos estos momentos juntos!".
Al caer la tarde regresaron a la escuela con los corazones llenos de gratitud por todo lo vivido.
La profesora Ana María les entregó a cada uno un diploma especial como recuerdo de su paso por el "Rayito de Sol" y les dijo con orgullo: "-Ustedes son capaces de lograr cualquier cosa que se propongan. Siempre crean en ustedes mismos". Llegó el momento final de despedirse. Los padres esperaban afuera para llevarse a sus hijos a casa.
Los niños abrazaron emocionados a su querida maestra sabiendo que era hora de seguir adelante pero llevando consigo los valores y enseñanzas recibidas.
Y así, entre abrazos y lágrimas felices, la historia de la profesora Ana María y sus 13 alumnos del "Rayito de Sol" llegaba a su fin dejando un legado eterno en sus corazones llenos de sueños e ilusiones por cumplir.
FIN.