El Último Dragón



En un pequeño pueblo llamado Luminaria, donde la luz de las estrellas brillaba más que en cualquier otro lugar, vivía un joven llamado Tomás. Su curiosidad lo llevaba a explorar los rincones más misteriosos del bosque que rodeaba su hogar. Una tarde, mientras jugaba entre los árboles, Tomás escuchó un suave susurro que provenía de la cueva más oscura y profunda. Sin pensarlo dos veces, decidió investigar.

Al entrar, se encontró con una criatura deslumbrante: ¡era un dragón con escamas brillantes como el sol!"Hola, pequeño. No tengas miedo, soy Drako, el último dragón de la magia", dijo el dragón, parpadeando sus ojos como dos esmeraldas.

Tomás, asombrado, respondió: "Nunca pensé que los dragones existieran de verdad. ¿Por qué estás aquí solo?"

Drako suspiró y explicó: "He estado oculto por mucho tiempo. Los cazadores de dragones han venido a buscarme, y quieren destruir la magia de nuestro mundo. Sin la magia, toda la vida sería gris y triste."

Tomás comprendió que tenía que ayudar a su nuevo amigo. "¿Qué puedo hacer?" preguntó con determinación.

"Debemos escapar de este lugar y encontrar a los otros seres mágicos que puedan ayudarnos. Juntos, podemos detener a ese villano malvado llamado Lord Obscuro", respondió Drako centelleando sus alas.

Mientras empezaban su aventura, Lord Obscuro, que había estado buscando a Drako, se enteró de su paradero y decidió perseguirlos. Tenía un oscuro plan para robar la magia del dragón y convertirse en el ser más poderoso de todos los tiempos.

Tomás y Drako volaron por el cielo, cruzando ríos y montañas, mientras el viento aullaba a su alrededor.

"¿Cómo es Lord Obscuro?" preguntó Tomás, preocupado.

"Es astuto y fuerte. Tiene un ejército de criaturas de sombras que lo siguen, y le encantaría apoderarse de la última chispa de magia que me queda", explicó Drako.

Con el tiempo, Tomás y Drako llegaron a un claro donde conocieron a una hada llamada Luzia. Ella también había estado huyendo de Lord Obscuro.

"Estaba esperando a alguien valiente que pudiera ayudarme a detenerlo. Sabía que alguien vendría", dijo Luzia.

Tomás se sintió inspirado por las palabras de Luzia. "Juntos, podemos hacer un plan para enfrentarlo. Necesitamos unir nuestras fuerzas."

Así, los tres amigos se unieron y comenzaron a urdir una estrategia para parar a Lord Obscuro. Usarían la magia de Drako y la luz de Luzia para desviar su atención y rescatar a los seres mágicos que habían sido capturados por el villano.

El día del enfrentamiento llegó. En una oscura cueva, donde Lord Obscuro mantenía prisioneros a muchas criaturas mágicas, los tres amigos se prepararon para la batalla.

"Recuerden, ¡la magia nace del amor y la amistad!", gritó Tomás, antes de avanzar con valentía.

Una feroz batalla estalló. Tomás, Drako y Luzia se enfrentaron a las sombras, lanzando chispas de magia y luz. Justo cuando parecía que Lord Obscuro iba a ganar, Drako se alzó en el cielo y dejó escapar un destello de luz dorada.

"¡Ahora!" gritó Drako, mientras Luzia invocaba un brillante rayo de luz que envolvía al villano, haciéndolo retroceder.

Al final, Lord Obscuro fue derrotado, y la magia comenzó a restaurar su brillo en el mundo. Las criaturas mágicas fueron liberadas, llenando la cueva con risas y alegría.

Tomás sonrió y miró a sus amigos. "Lo logramos, juntos. Hemos salvado la magia."

Drako asintió, "Y hemos demostrado que la amistad es la más poderosa de todas las magias."

Luzia se sumó, "A partir de hoy, nunca olvidemos cuidar de nuestro mundo mágico."

Desde entonces, Tomás, Drako y Luzia se convirtieron en guardianes de la magia, protegiendo a todas las criaturas mágicas para que su luz nunca se apagara. Y así, el último dragón se convirtió en el primero de muchos amigos valientes.

FIN.

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