El Último Mamut y la Gran Aventura del Bosque
En una lejana era, cuando los glaciares cubrían gran parte de la Tierra, vivía un mamut llamado Mamu. Mamu era un enorme mamut lanudo, con un pelaje espeso y rizado que lo mantenía calientito, incluso en los días más fríos. Sus dos colmillos, largos y curvados, eran como dos grandes espadas que brillaban bajo el sol. A veces, Mamu se miraba en el reflejo de un lago y pensaba: ‘¡Vaya, cuán grande soy! ’. Pero había algo que lo hacía sentir triste: él quería ser útil y ayudar a los otros animales del bosque.
Un día, mientras paseaba, se encontró con un grupo de animales que estaban tratando de construir un refugio para protegerse del frío. La ardilla Siri, el ciervo Rino y el oso Lucho estaban discutiendo sobre cómo hacer un lugar donde todos pudieran estar cómodos.
- “Si tuviéramos un poco de madera, podríamos hacer una casita”, dijo Siri con voz esperanzada.
- “Pero no hay suficientes ramas altas que podamos alcanzar”, añadió Rino con tristeza.
- “¿Y qué tal si buscamos a Mamu? Él puede ser de ayuda”, sugirió Lucho.
Los tres animales miraron hacia donde estaba Mamu, y con mucho entusiasmo lo invitaron a unirse a ellos.
- “¡Hola, Mamu! ”, gritaron.
- “¡Nos estamos organizando para hacer un refugio! ¿Puedes ayudarnos? ”, preguntó Rino.
Mamu, emocionado, se acercó a sus nuevos amigos.
- “¡Claro que sí! Tengo muchas ideas. ¿Qué tal si usamos mi piel y mis colmillos para hacer algo especial? ”, propuso el mamut.
Los ojos de todos brillaron al escuchar la sugerencia de Mamu.
- “Podríamos usar tu piel para hacer una cubierta para el refugio”, dijo Siri.
- “Y tus colmillos podrían servir para clavar las ramas más fuertes”, añadió Lucho.
Así que, decidieron trabajar juntos. Mamu empezó a desprender la capa más exterior de su piel, que era más vieja y no le hacía falta. Con cuidado, juntos fueron arrojando esas grandes piezas sobre las ramas que recolectaron. Luego, con los colmillos de Mamu, empezaron a clavar las ramas en su lugar y aseguraron el refugio que estaba tomando forma.
Con cada paso, el refugio se veía más robusto y cómodo. Mamu se sentía útil y relevante, como siempre había deseado.
Pero, mientras estaban en medio de su trabajo, el viejo lobo Grim, que solía ser el más temido del bosque, apareció de repente, aullando.
- “¿Qué están haciendo ustedes, animales ridículos? ”, se burló Grim.
- “¡Ese refugio no durará ni un instante! ”, dijo despreciativamente.
Mamu, sintiendo que sus amigos estaban asustados, se acercó al lobo con valentía.
- “Tal vez no sepas que para alcanzar nuestros sueños y cuidar de nuestros amigos, a veces se necesita un refugio fuerte. ¿Te gustaría ver cómo trabajamos en equipo?
FIN.