El unicornio arcoíris y la niña de los sueños compartidos



Había una vez una niña llamada Alba que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos prados y bosques encantados. Alba era una niña muy especial, ya que tenía un unicornio de color Arcoíris como mascota.

Su nombre era Estrella, y juntos formaban un equipo inseparable. Un día, mientras Alba y Estrella paseaban por el bosque, se encontraron con un hada mágica. El hada era diminuta y radiante, con alas relucientes que brillaban como el sol.

Se acercó a ellos con una sonrisa amable y les dijo:-¡Saludos, queridos amigos! He venido a concederles tres deseos a cada uno. Pero hay una condición: sus deseos deben ser compartidos entre ustedes dos.

Si lo hacen así, no necesitarán usar ninguno de los deseos. Alba y Estrella se miraron emocionados ante la perspectiva de tener tres deseos cada uno sin gastar ninguno.

Juntos empezaron a pensar en cómo podrían utilizarlos para hacer realidad sus sueños más grandes. El primer deseo que compartieron fue el deseo de explorar nuevos lugares juntos. En ese mismo instante, fueron transportados a un mundo lleno de maravillas desconocidas: cascadas cristalinas, montañas nevadas y ríos llenos de peces multicolores.

Alba y Estrella corrieron y saltaron de alegría mientras descubrían cada rincón mágico. El segundo deseo que compartieron fue el deseo de aprender cosas nuevas todos los días.

De repente, se encontraron rodeados por libros flotantes que contenían conocimientos sobre todas las cosas imaginables. Alba y Estrella se sumergieron en el aprendizaje, descubriendo nuevos idiomas, matemáticas y ciencias. Cada día era una aventura de aprendizaje. El tercer deseo que compartieron fue el deseo de ayudar a los demás.

Al instante, se encontraron en un pueblo donde todos necesitaban ayuda. Alba y Estrella trabajaron juntos para construir casas, plantar árboles y alimentar a los animales del bosque.

La sonrisa en los rostros de las personas era su mayor recompensa. Con cada deseo compartido, Alba y Estrella se volvían más fuertes y sabios. Descubrieron que la verdadera felicidad no reside en cumplir deseos egoístas, sino en compartir momentos especiales con aquellos que aman.

Al finalizar sus tres deseos compartidos, Alba y Estrella regresaron al punto donde habían conocido al hada mágica. El hada estaba esperando con una sonrisa brillante. -¡Han demostrado ser dignos de mis bendiciones! -exclamó-.

Han entendido el verdadero poder de compartir y cuidar a los demás. Alba abrazó a Estrella con cariño mientras decía:-Gracias por enseñarme la importancia de compartir nuestros sueños juntos, querida estrellita Arcoíris. Y así, Alba y Estrella siguieron su camino lleno de alegría y amor infinito.

Juntos aprendieron que cuando se comparten los sueños con aquellos que amamos, no hay límites para lo que podemos lograr. Desde ese día en adelante, la magia de Alba y Estrella se extendió por todo el pueblo.

Sus acciones inspiraron a otros a compartir, cuidar y amar. Y así, el mundo se volvió un lugar más hermoso para todos. Y colorín colorado, esta historia llena de amor y magia ha terminado.

FIN.

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