El Unicornio de los Deseos


Había una vez tres amigas llamadas Sofía, Valentina y Lucía. Eran inseparables y siempre estaban buscando aventuras emocionantes para vivir juntas.

Un hermoso día de verano, decidieron ir de excursión en bicicleta a un bosque misterioso que estaba cerca de su ciudad. Empacaron sus mochilas con bocadillos, agua y un mapa del bosque. Montaron en sus bicicletas y comenzaron su emocionante viaje.

El sol brillaba intensamente mientras pedaleaban por caminos sinuosos rodeados de árboles altos y frondosos. Después de un rato, se dieron cuenta de que habían tomado un camino equivocado. Se detuvieron confundidas y preocupadas, sin saber qué hacer a continuación.

- ¡Ay! ¿Qué vamos a hacer? Estamos perdidas en este bosque - exclamó Sofía con angustia. - No te preocupes Sofi, encontraremos el camino correcto pronto - dijo Valentina tratando de calmarla. Justo cuando estaban debatiendo sobre qué dirección tomar, escucharon un extraño sonido proveniente detrás de los arbustos.

Se acercaron sigilosamente para investigar y quedaron asombradas al encontrar una criatura fantástica: ¡un unicornio! El unicornio era blanco como la nieve con una melena dorada brillante y ojos tan puros como el cielo azul.

Parecía amigable e invitaba a las chicas a seguirlo. - ¿Lo ven? Es un unicornio mágico - susurró Lucía emocionada. Las tres amigas no podían creer lo que veían, pero decidieron confiar en el unicornio y lo siguieron a través de un camino estrecho.

El bosque se volvía cada vez más denso y misterioso a medida que avanzaban. Después de un rato, llegaron a un claro encantador rodeado de flores multicolores y mariposas juguetonas.

En el centro del claro había una fuente brillante con agua cristalina. - ¡Es hermoso! - exclamó Sofía maravillada.

Justo cuando las chicas iban a acercarse a la fuente para beber agua fresca, el unicornio les habló con una voz dulce y melodiosa:- Queridas amigas, han demostrado valentía al seguirme hasta aquí. Esta fuente tiene un poder especial: concede deseos a aquellos que tienen buen corazón y ayudan a los demás. Cada uno de ustedes puede pedir un deseo, pero recuerden hacerlo con sabiduría.

Las tres amigas se miraron emocionadas y comenzaron a pensar en sus deseos. Valentina fue la primera en hablar:- Deseo que todos los animales del bosque vivan felices y protegidos para siempre. El unicornio asintió con agrado mientras su cuerno brillaba intensamente.

De repente, aparecieron pequeños animalitos jugando entre las flores del claro. Luego fue el turno de Sofía:- Deseo que todas las personas tengan suficiente comida y agua para vivir sanas y felices.

El unicornio hizo otro gesto con su cuerno mágico y una cesta llena de alimentos nutritivos apareció junto a ellas. Lucía no pudo contener su emoción:- Deseo que todos los niños del mundo tengan acceso a una buena educación.

El unicornio sonrió y tocó su cuerno por última vez. De repente, libros y lápices aparecieron en la cesta de alimentos, simbolizando el acceso a la educación para todos los niños.

Las amigas se miraron con alegría y gratitud hacia el unicornio por haberles concedido sus deseos más profundos. Se dieron cuenta de lo poderoso que era creer en uno mismo y trabajar juntas para hacer del mundo un lugar mejor.

Agradecidas por esta inolvidable experiencia, las tres amigas montaron en sus bicicletas y siguieron el camino de regreso a casa. Llevaban consigo la sabiduría de que cualquier cosa es posible cuando confías en tu intuición y sigues tus sueños con valentía.

Desde aquel día, Sofía, Valentina y Lucía continuaron siendo amigas inseparables, recordando siempre el hermoso encuentro con el unicornio mágico y compartiendo su mensaje de bondad, ayuda mutua y esperanza con todos aquellos que conocían. Y así vivieron felices para siempre.

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