El unicornio humilde y la ardilla amiga


Había una vez en el bosque encantado de Fantasía, un unicornio llamado Este. Era hermoso y brillante, pero también muy presumido.

Este se paseaba por el bosque mostrando su melena reluciente y sus alas de colores como si fuera el ser más especial de todos. Un día, se anunció que habría una gran feria de talentos en Fantasía, donde todos los animales del bosque podrían mostrar sus habilidades únicas.

Este no dudó ni un segundo en inscribirse, convencido de que deslumbraría a todos con su gracia y belleza. Llegó el día de la feria y Este estaba emocionado.

Se preparó con esmero para su actuación: iba a volar alrededor del escenario dejando estelas brillantes a su paso. Pero cuando llegó su turno, algo salió mal. Tropezó con una rama y cayó al suelo torpemente, sin lograr levantarse elegantemente como esperaba. Este se sintió avergonzado y frustrado.

Se apartó del escenario mientras las risas resonaban a su alrededor. Fue entonces cuando una pequeña ardilla se acercó a él con curiosidad. "¿Necesitas ayuda?", preguntó la ardilla con amabilidad. Este la miró con altivez y respondió: "No necesito tu ayuda, puedo arreglármelas solo.

"La ardilla asintió comprensiva y se retiró sin decir nada más. Sin embargo, siguió observando desde lejos al pobre unicornio presumido. Los días pasaron y Este seguía ensimismado en su vergüenza.

No quería volver al bosque por miedo a las burlas de los demás animales. Hasta que un día, mientras caminaba solo entre los árboles tristes, escuchó una vocecita familiar. —"Hola" , dijo la ardilla apareciendo frente a él.

Este bajó la mirada avergonzado: "Lo siento por mi actitud anterior... ¿Puedes ayudarme?"La ardilla sonrió dulcemente: "Por supuesto que sí. "Juntos practicaron durante días: la ardilla enseñándole movimientos ágiles y trucos divertidos para mejorar su actuación en la feria de talentos que se acercaba rápidamente.

Finalmente, llegó el gran día. Este subió nuevamente al escenario dispuesto a demostrar lo aprendido junto a su nueva amiga la ardilla. Esta vez volaba con destreza entre arcosíris creando figuras maravillosas en el cielo ante el asombro del público presente.

Al finalizar su actuación fue ovacionado por todos los presentes quienes reconocieron no solo sus habilidades sino también la humildad que había adquirido gracias a la ayuda desinteresada de la pequeña ardilla.

Desde ese momento Este entendió el verdadero valor de la amistad y aprendió que pedir ayuda no era signo de debilidad sino todo lo contrario: era muestra de valentía y apertura hacia nuevas posibilidades.

Así termina nuestra historia donde Este descubrió que juntos somos más fuertes y que compartir nuestros talentos nos hace mejores seres mágicos en este maravilloso bosque encantado llamado Fantasía.

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