El Unicornio, la Mariposa y el Misterio del Estanque



Era un día soleado en el mágico bosque de Arcoíris. Allí vivía un unicornio llamado Brillito, famoso por su hermoso cuerno plateado y su bondad. Su mejor amiga era una mariposa llamada Lila, que llevaba alas de colores vibrantes. Juntos exploraban cada rincón del bosque, llenando de risas y alegría su hogar.

Un día, mientras jugaban cerca del estanque, que reflejaba todos los colores del arcoíris, escucharon un ruido extraño. Era un lobo, pero no uno cualquiera; era un lobo muy astuto llamado Rufus. Con su pelaje gris y grandes ojos, se acercó cautelosamente.

"¡Hola, amiguitos! ¡No se asusten! No vengo a hacerles daño. Estoy buscando algo muy valioso que se ha perdido." - dijo Rufus, intentando sonar amistoso.

"¿Qué has perdido?" - preguntó Brillito, curioso por la historia del lobo.

"He perdido una piedra mágica que tiene el poder de hacer que los deseos se hagan realidad. Pero hay un problema..." - respondió Rufus, bajando la cabeza.

"¿Cuál es el problema?" - inquirió Lila, revoloteando a su alrededor.

"Una bruja mala, llamada Mordelina, la ha encontrado. Ella quiere usarla para hacer travesuras en el bosque y quitarle la alegría a todos".

El unicornio y la mariposa se miraron preocupados. No podían permitir que Mordelina causara problemas.

"No te preocupes, podemos ayudarte a recuperarla de la bruja" - dijo Brillito con determinación.

"Sí, también soy muy rápida y puedo distraerla" - añadió Lila, emocionada por la aventura que se avecinaba.

Rufus sonrió agradecido. "¡Vamos entonces! Debemos ir al mar de las Sirenas, donde Mordelina se esconde en su cueva."

Así que se pusieron en marcha hacia el mar. Al llegar, las olas del océano rugían y el sol brillaba intensamente. Allí encontraron la cueva de la bruja, oculta detrás de unas grandes rocas.

"¿Cómo entramos?" - preguntó Lila con un poco de miedo.

"Yo me encargaré de llamar su atención. Ustedes se quedan escondidos y, cuando tenga la piedra en la mano, ustedes saltan y la recuperan" - dijo Rufus, adoptando un aire valiente.

Brillito y Lila asintieron. Rufus se acercó a la cueva y gritó:

"¡Mordelina! ¡Soy yo, Rufus! He venido a hablar contigo!"

La bruja, que era una figura temible con un sombrero de pico y una expresión malvada, salió de su cueva.

"¿Qué quieres, lobo inoportuno?" - demandó con voz áspera.

"He oído que tienes una piedra muy especial. Quiero hacer un trato contigo" - dijo Rufus, intentando distraerla.

Mientras la bruja lo escuchaba, Brillito y Lila se acercaron sigilosamente a la entrada de la cueva. Vieron la piedra, brillando con fuerza sobre una mesa. Justo cuando estaban a punto de dar un salto, ¡un fuerte viento sopló y las alas de Lila comenzaron a batir!"¡Cuidado!" - exclamó Lila, volando sobre la mesa con picardía "¡No te la lleves!"

La bruja, al ver a la mariposa, se enfadó mucho. "¡Tú, pequeña insecta, no me vas a detener!"

Pero Brillito, que no podía quedarse sin hacer nada, dio un gran salto para intercambiar miradas con Lila.

"¡Ahora!" - gritaron juntos. Lila revoloteó alrededor de la bruja, haciendo que se mareara por un momento. Rufus se abalanzó hacia la mesa y con un movimiento rápido, tomó la piedra mágica.

"¡Lo hicimos!" - gritó Rufus.

Sin embargo, al darse cuenta, Mordelina se enfureció aún más. "¡Regresen aquí!" - chilló, pero ya era demasiado tarde.

Los tres amigos empezaron a correr hacia el bosque. Al llegar al estanque, Brillito, Lila y Rufus intercambiaron una lluvia de risas al ver las travesuras que la bruja había intentado hacer.

"¡Ahora, usemos la piedra para hacer un deseo!" - dijo Rufus, emocionado.

"¡Sí! Vamos a desear que el bosque siempre tenga alegría y paz!" - sugirió Lila.

El unicornio, con su cuerno brillante y un suave resplandor, hizo girar la piedra en el aire.

"¡Que el bosque siempre esté lleno de risas y magia!" - gritó Brillito.

La piedra emitió una luz brillante y, de repente, un arcoíris cubrió el cielo, llenando el lugar de colores. Todos rieron, sintiendo la felicidad fluir a su alrededor.

Desde aquel día, el bosque se llenó de risas y colores, y la bruja Mordelina, al ver que no podía quitarles la alegría, decidió marcharse a un lugar muy lejano. Rufus, Brillito y Lila se convirtieron en los mejores amigos y juntos vivieron nuevas aventuras, siempre recordando que la unión y la valentía siempre traen alegría y esperanza, y que juntos podían enfrentar cualquier desafío que se presentara.

Y así, en el bosque mágico de Arcoíris, la felicidad reinó para siempre.

FIN.

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