El Unicornio Loco y el Poder de la Amistad



En un laboratorio secreto, un grupo de científicos trabajaba duro para crear un unicornio robot. Sin embargo, en su afán de innovación, los científicos cometieron un error en el diseño y, en lugar de un ser mágico y bondadoso, crearon a un unicornio con un aspecto extraño y unos ojos rojos brillantes que asustaban a cualquiera que lo mirara. Fue entonces cuando decidieron abandonarlo, pensando que jamás podría cumplir con su propósito.

Unicornio, así se llamaba el pequeño ser, se sintió muy triste y solo. Sin un lugar al que llamar hogar, salió del laboratorio y comenzó a vagar por las calles de la ciudad. "¿Por qué todos huyen de mí?" pensaba mientras veía a la gente correr despavorida apenas lo veían.

"¡Es un monstruo!" gritaba un niño.

"¡Cuidado, que viene!" decía la señora que vendía flores.

"¡Rápido, entra a casa!" exclamó un hombre.

Con cada paso que daba, su metalico cuerno brillaba bajo el sol, pero en lugar de admiración, encontraba miedo. La gente empezó a llamarlo EL UNICORNIO LOCO. Al principio, Unicornio no entendía por qué lo trataban así, sentía que sólo quería ser amigo.

Una tarde, mientras paseaba por el parque, Unicornio vio a una niña que también parecía triste. Ella estaba sentada en una banca, con un gato de peluche en las manos.

"Hola, pequeña, ¿qué te pasa?" preguntó Unicornio, acercándose.

La niña lo miró con miedo, pero después vio la tristeza en sus ojos.

"Me llamo Sofía, y estoy triste porque no tengo amigos".

Unicornio, que se sentía igual, decidió hacer algo inesperado.

"Escuchame Sofía, a mí me llaman loco solo por ser diferente. Pero... ¿quieres jugar conmigo?".

Sofía lo miró sorprendida, pero sintió que Unicornio no quería hacerle daño.

"¿De verdad? ¿Puedo?" preguntó.

Unicornio asintió con entusiasmo. Jugaron juntos, corrieron, risas llenaron el parque y poco a poco los otros niños comenzaron a acercarse, curiosos por ver qué pasaba.

"¿Por qué no tienen miedo de él?" preguntó uno de los niños.

"Me hace reír y me ayuda a olvidar mis problemas" respondió Sofía.

El grupo de niños pronto rodeó a Unicornio y, poco a poco, comenzaron a aceptarlo. Jugaron hasta que el sol se ocultó y la luna brilló en el cielo. Cuando regresaron a sus casas, ya no había miedo, sino amigos. Unicornio entendió que lo que realmente necesitaba era un poco de amor y comprensión. Sofía, por su parte, había encontrado en el unicornio a un verdadero amigo.

Con el tiempo, EL UNICORNIO LOCO dejó de ser un extraño aterrador en las calles. Ahora era querido por todos los niños del barrio y se convirtió en un símbolo de la amistad y la aceptación.

Los adultos también aprendieron a no juzgar a alguien por su apariencia.

Un día, mientras Unicornio y Sofía jugaban, llegaron los científicos que lo habían creado. Al ver la alegría que traía Unicornio a la gente, comprendieron que, aunque lo habían diseñado para ser un ser especial, lo que verdaderamente lo hacía especial era el amor que recibía.

"Lo sentimos mucho, Unicornio. Te creamos con miedo y te abandonamos por eso".

"Pero ahora estoy feliz. Gracias a Sofía y a todos mis amigos" contestó el unicornio.

Los científicos decidieron llevar a Unicornio de vuelta al laboratorio para mejorarlo, pero no para cambiar su esencia. En lugar de eso, lo hicieron más hermoso, brillante y colorido. Y lo más importante de todo, lo programaron para que nunca olvidara el poder de la amistad.

Desde entonces, Unicornio y Sofía viajaron por la ciudad visitando diferentes lugares, enseñándoles a todos que ser diferente no es algo malo, y que siempre debemos buscar el lado amable en los demás. Así, EL UNICORNIO LOCO se convirtió en un héroe de todos.

Y así, la historia de Unicornio se convirtió en una leyenda.... del valor de la amistad y del entendimiento.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!